Quisiera ser cual albatros
Para surcar tu alto cielo
Bebiendo la dulce lluvia
Del latido de tu pecho;
Y si el viento en mi plumaje
Colmase tu mar de hielo
Alejarme con las nubes
Sobre la espalda de Céfiro.
Pero están mis remos rotos
Y no sé recomponerlos
Y de su plumaje exangüe
Nace una flor sin aliento.
Tú tal vez tampoco sepas
Del fulgor de los luceros,
Pero mereces volar
Más que yo me lo merezco;
Porque llevo yo en mis alas
La agonía de un deseo
Que, por tener en mis manos,
Mi alma daría a los cuervos;
Mientras que tú eres un ángel
Que encarcela sus anhelos
Para evitar que el dolor
Anide en labios ajenos.
Mas mis alas siguen blancas
Como la flor del almendro
Bajo el manto de tristezas
Que las abismó en el cieno;
Y conservan la alegría
Aunque tú no puedas verlo
De que existiera un instante
Do mi tiempo fue tu tiempo.
Mas se quebró la clepsidra
Vertiendo su sangre al hueco
Donde gimen los posibles
Tras las fauces de Cerbero.
Ya somos aves de paso,
Tú alejándote en el cielo
Mientras yo, mi vuelo atado,
Vivo anclado a los recuerdos;
Más volar pudimos juntos
Desde el verano al invierno,
Pero no nos enseñaron
U olvidamos como hacerlo.
¡Vuela lejos, ángel mío!
Sin ningún remordimiento
Vuela sin mirar atrás
Donde habita el desaliento.
Mas al fundirse la nieve
A finales de febrero,
Roza con tu aire mis alas,
Primaveral, un momento,
Para que siga el pasado
Lleno de vida latiendo,
Para que siga endulzando
Mi amargura tu recuerdo.
Fotografía: Elina Brotherus.
Para surcar tu alto cielo
Bebiendo la dulce lluvia
Del latido de tu pecho;
Y si el viento en mi plumaje
Colmase tu mar de hielo
Alejarme con las nubes
Sobre la espalda de Céfiro.
Pero están mis remos rotos
Y no sé recomponerlos
Y de su plumaje exangüe
Nace una flor sin aliento.
Tú tal vez tampoco sepas
Del fulgor de los luceros,
Pero mereces volar
Más que yo me lo merezco;
Porque llevo yo en mis alas
La agonía de un deseo
Que, por tener en mis manos,
Mi alma daría a los cuervos;
Mientras que tú eres un ángel
Que encarcela sus anhelos
Para evitar que el dolor
Anide en labios ajenos.
Mas mis alas siguen blancas
Como la flor del almendro
Bajo el manto de tristezas
Que las abismó en el cieno;
Y conservan la alegría
Aunque tú no puedas verlo
De que existiera un instante
Do mi tiempo fue tu tiempo.
Mas se quebró la clepsidra
Vertiendo su sangre al hueco
Donde gimen los posibles
Tras las fauces de Cerbero.
Ya somos aves de paso,
Tú alejándote en el cielo
Mientras yo, mi vuelo atado,
Vivo anclado a los recuerdos;
Más volar pudimos juntos
Desde el verano al invierno,
Pero no nos enseñaron
U olvidamos como hacerlo.
¡Vuela lejos, ángel mío!
Sin ningún remordimiento
Vuela sin mirar atrás
Donde habita el desaliento.
Mas al fundirse la nieve
A finales de febrero,
Roza con tu aire mis alas,
Primaveral, un momento,
Para que siga el pasado
Lleno de vida latiendo,
Para que siga endulzando
Mi amargura tu recuerdo.
Fotografía: Elina Brotherus.
4 comentarios:
Lo has bordado, genial y bello.
Un abrazo.
Me gustó la belleza de tu : Nostalgia
Saludos
Estoy sin palabras.
Me ha encantado.
Muchas gracias....
Un beso
Gracias, prometeo, salvochea, ana.
Y abrazos.
Publicar un comentario