miércoles, 26 de septiembre de 2007

Revolución negada

Hoy quisiera
(como ayer, como mañana)
germinar unos versos como espada,
arista amputando fronteras
negras de sangre en las playas
y cercenando las manos
a los que guardan con celo
tanta fortuna robada
(martillo
legando herejías,
tijera
contra alambradas).

También
quisiera
(como ayer, como mañana)
transformar cada metáfora
en afiladas esquirlas
contra el corazón protervo
de los puercos que trafican
con los cuerpos, vil carroña,
y se nutren con sangre de burdel
y vísceras que esparce la metralla.

Y, quisiera
(como ayer, como mañana),
por qué no,
decapitar,
sin medida ni asonancias,
a cada falso profeta
que en minaretes o altares especula con las almas
(golpes de seda en el pecho,
guantes de acero que arrasan
con su contrición hipócrita
y derechos de pernada).

Hoy
(como ayer, como mañana)
quisiera ser
desmedida hipérbole, pesada bota de acero
para aplastar las entrañas
de la falsa progresía
que mira para otro lado
tras sus arengas vacías
e ideal de mangas anchas.

Hoy
(como ayer, como mañana)
quisiera
que cada estrofa fuese
barricada,
puño en alto resistiendo,
avanzando,
golpeando a contracorriente,
con saña.

Hoy quisiera
(como ayer, como mañana)
parir, a dolor y sangre hirviente,
un poema monstruoso con que aterrar a los cómodos,
a los cautos,
a los pusilánimes,
hasta a los valerosos;
epanadiplosis tras epanadiplosis
de revolución.

Pero hoy
(como ayer, como mañana)
es bien sabido
(en la Historia se constata)
que la revolución
nunca la hicieron hambrientos.

Y hoy
(como ayer, como mañana)



me faltas.

Mayo de 2006

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Hoy (como ayer, como mañana).
Sueño con gestar un poema de filoso texto –como mis antepasados, como mis herederos- que contenga ángulos capaces de cercenar los límites donde embarran insistentemente, cada día, la sangre de los desposeídos en ociosas y negras orillas; que ampute los dedos amitonados de los que almacenan sin pudor tanto acervo sustraído. (Quiero un poema que corte agoreras empalizadas, sombrías ideas, deshonestas cercas… que machacan illo témpore a los sin nada).
Hoy (como ayer, como mañana)

Anónimo dijo...

Rafa, me rindo ante este poema, me uno a tu grito.. si por nosotros fuera, si se escucharan las letras, si al menos despertara la conciencia de alguien, sería el mejor de las armas.
Hoy como ayer como mañana.

Ojalá se te oyera.Bien fuerte.

Un abrazo
Sandra

Anónimo dijo...

Gracias por estar ahí
(como ayer, como mañana)

Un beso.

Anónimo dijo...

Me ha gustado mucho todo lo que leí.

Hoy (como ayer, como mañana) quisiera que todo me afectara menos, que la sencibilidad que vive conmigo me diera fuerza para crear mejor y me permitiera estar en paz.....

Saludos,
Titi

Anónimo dijo...

Quizá el hambre impulsa mejor la revolución, desde la felicidad se es más condescendiente con tanta injusticia e hipocresía. Lo de epanadiplosis ma dejao impactá, :),
besos

Anónimo dijo...

Como dijo el poeta, nos queda la palabra...
Pero te falta ella. (mecachis)

Besos.

Anónimo dijo...

Tengo en mi mente una laguna que piso cada vez que me encuentro ante algo extraordinario. Me quedo patitiesa y absorta y no me salen las palabras.
Este poema me deja así.

Besos, grandote

Anónimo dijo...

COÑIIIIIIO, RAFA....! Joé picha, me has dejao paralizao. Qué peaso de poema, tío. Deberíamos proponer que lo envien a todos los ministerios, a todas las alcaldías, a todas las iglesias y lo cuelguen, si hace falta, delante de todos los cajeros automáticos, con acuse de recibo a ese ser que te hace masticar ausencias.
Poeta, no sabes cómo te admiro.
Hoy si, pa tí también, vino y besos, (pero sin moñerías, vale...?).

Anónimo dijo...

¡Que gran poema!
Me has dejado KO. ¡Que bueno! ¿Que fuerza! ¡Que sentimeinto!...y que gran final.
De lo mejor que he liedo en tiempo.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hola otra vez Rafa.

Están bien las revoluciones, pero..., ¿es necesaria la violencia? Aunque sólo sea metafórica.

Sí, los traficantes de ideas, de cuerpos, de almas..., habrían de ser barridos. Ya sabemos que esto es difícil, por no decir imposible, sin violencia...

Sobre la forma: impecable, sonora, contundente...

Y ¿por qué no han de hacer la revolución los hambrientos? Hay otras fuerzas interiores...

Abrazo innegable.