La fiera que me acecha
desconoce que yo
espero ser su presa.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
5 comentarios:
Ufffff, Rafa, ahí las dao, que muchos quisieramos ser presas de algunas fieras, sobre todo de esas que usan lencería cardiaca, pero no hay manera, ni que te pongas panza arriba mostrando ser un exquisito manjar. Me voy a pensar dejar de ser presa y convertirme en depredador. Ya te contaré...
Gambitas con gabardina y Cruzcampo en copa.
Sí, kai, cualquier día habrá que cambiar de estrategia, que estas carnes no se merecen ir marchitándose sin ser mordidas, jajajajajaja.
Abrazos.
En fondo todos somos eso, unas "presas".
Un abrazo.
Sin duda, prometeo, todos terminamos siendo devorados.
Un abrazo.
Pues parece que hay acuerdo, uno quiere devorar y el otro ser devorado, se presupone un final feliz por conceder deseos mutuos :P, beso
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