viernes, 23 de diciembre de 2011

Tribulaciones de una crisálida (XXIV)


Un viento preterido y macilento, marchito y sin oxígeno, irrumpe y atraviesa indiferente su agónico pulmón ya sin aliento, haciendo reventar en mil pedazos el alma inconsolable de la fugaz crisálida.

1 comentario:

Vivian dijo...

Si me preguntan qué quiero ser en otra vida, diré…¡Cualquier cosa, menos una crisálida!
Siento una pena.
Besos