FUE el de silencio, el único de los votos que, a lo largo de su prolongada y disoluta vida monástica, jamás quebrantó sor Domuda.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
2 comentarios:
Me haces reir.
Te admiro tanto, tanto...
Un beso Rafa.
Jeje yo también me he sonreído
Gracias!!!!
besitos
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