A Vivian
EL nido estaba vacío -lo supe por los graznidos de silencio que, a borbotones, caían con estrépito desde sus heridas sangrantes, tintando de alaridos el crepúsculo. A fuerza de muñones, con denuedo infrahumano, trepé hasta su abismo. Y allí me quedé dormido, a la espera de lo inesperado. Era imposible. Pero esa noche tuve un sueño. Cuando desperté, yo ya no estaba allí.
2 comentarios:
Llegué en este instante Rafa y me voy a la madrugada, he leído todo pero te comentaré luego con calma, estoy muy cansada y me voy a la cama.
Mis besos.
Ay Rafa, estas letras son un “mimo” para el alma, me conoces tanto que creo que me observas desde un lugar oculto, entre las sombras, en mis abismos. Nada es imposible, quién sabe, por ahí aquello fue realidad y luego despertaste al sueño.
Hoy he venido varias veces a comentarte esta entrada, pero cuando no es un mensaje, es teléfono. No le digas a nadie, pero tengo ganas de que llegue la madrugada, ganas de estar en silencio, de hacer mis cosas…¡Que se termine el cumpleaños!
No sé si te dije que te quería, creo que sí…(Sonrío)
Mis besos, muchos. ¡Quédate en el nido!
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