domingo, 4 de diciembre de 2011

Cuando me miras siento...


Cuando me miras siento
aleteando exhausto
un pájaro en el pecho.
Turbado, lo imagino
como una alondra, un sueño
de rutas migratorias
hacia el sur, hacia el vuelo
de un ángel que sostiene
con sus alas mis torpes
anhelos de ser aire,
y me salva del vértigo.
No es más que un espejismo,
el fruto huero y seco
del cansancio, del miedo
a perder lo perdido,
lo que nunca alcancé
con el labio, las manos,
ese bálsamo suave
que, vedado a mis llagas,
bajo el negro sudario
que te eclipsa, se muda
en áspero veneno.
Y se alza el cuervo insomne
de la melancolía
desde el fondo insondable
donde habita el olvido,
y en su graznido mudo
la cizaña germina
anegando de náuseas
el camino inseguro
que tracé sobre el viento,
ocupando de plomo
el plumaje oxidado
de mis ojos de luna.

2 comentarios:

Ricardo dijo...

Dáme le pláceme para desvirgar este post, para desde los confines de tu condición extraer la lascivia que anida en tu interior.
O eres mujer o no serás....en tus ojos secos pondré un colirio de vida.

Gracias por tus palabras Hipogeo

Anónimo dijo...

Que una mirada enamorada te vuelva alondra que vuela libre al cálido Sur es una imagen poética preciosa