“No todo va a ser follar”.
Javier Krahe
He leído en un periódico
que ha dicho un clérigo islámico
que para comer pepino,
la mujer, un nombre al lado.
Igual con la zanahoria,
calabacines y plátanos,
el nabo y la berenjenas,
puerros, pimientos, y rábanos.
Y es que teme el musulmán
que al comerlo en solitario,
libidinosa lo llegue
a imaginar como un falo,
y entregándose al placer,
algo que le está vedado,
pueda escapar de la cárcel
mental a que la han atado.
Así que, mujer, a dieta
que el goce, ha sido dictado,
es exclusivo del hombre,
nada de pajas, ¡carajo!
Mas como un menú no debe
quedarse sólo en un plato,
ahí van algunos consejos
de mi saber culinario:
Si se te abre el apetito,
jamás, mujer, le hagas asco
a comerte un buen pepino
con sal gorda o en gazpacho.
Y de segundo, pues bueno,
hace tiempo está probado
que al hombre es siempre una almeja
más sabrosa acompañado.
Y ahora un poco más en serio,
me pregunto yo hasta cuándo
tanta obscena moralina
nos mantendrá encadenados.
Sobre todo a las mujeres,
de las que machos bastardos
de cualquier credo o ninguno,
se pretenden propietarios.
Hasta cuándo hombres, mujeres,
ya solos, ya acompañados,
seguiremos reprimidos
por estultos postulados.
Así que a partir de ahora
a los clérigos ni caso
en la pitanza ni el sexo,
o no has de probar bocado.
2 comentarios:
Hermosa hortaliza poética!
Y yo que pensaba ponerme a dieta ahora que llegó el verano, el clérigo me acaba de arruinar el proyecto.
Besos Rafita (con sal)
Vivir para ver el lamentable estado feminista del mundo
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