“Bienvenido al desierto de lo real.”
Morfeo, en Matrix.
Qué habrá de ser mañana del poema.
Qué habrá de no ser o de ser cuando, en la víspera,
ya no es más que una bolsa de plástico amarillo
fundida a la cabeza de un ensueño
con ansias de suicida.
Camina tras sus pasos, en la ciudad cansada,
con el alma en los pies, pisando restos
de mapas sin leyenda, tropezando
con la arena gastada que, mezquinas,
le han legado en herencia las ruinas
del verbo despojado de su aliento.
No puede huir de sí -se va pisando los talones-;
tampoco darse alcance uncido al yugo
de la palabra exánime y sin eco.
No sueña ya el poema, vaga insomne
dentro de un laberinto sin confines
poblado de cadáveres seráficos
ganados por la fe de Mefistófeles
-su hiel huele a penumbras.
La lluvia, contumaz y obscena, cae.
La noche está estrellada y cae la lluvia,
hirsuta y corrosiva, diluyendo
en un charco atestado de salitre
el fatuo titilar del fuego cósmico,
y nace de su coito con las sombras
un lóbrego arco iris que amortaja
el grito en alma viva de una lágrima.
Qué habrá de ser mañana del poeta.
Qué habrá de no ser o de ser cuando, en la víspera,
no encuentra ya un motivo que dé aliento
al légamo suicida del poema.
2 comentarios:
¿Qué será de nosotros, y del sueño?
Lo que será del poeta, del poema, de todos nosotros nunca fue tan incierto y da miedo, espero no nos faltes nunca...
Feliz 2012, Rafa.
Salud!!!
Un beso y un fortísimo abrazo.
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