lunes, 28 de febrero de 2011

Anoche cuando dormía



Anoche cuando dormía
soñé, ¡bendita ilusión!,
que una fontana fluía
dentro de mi corazón.

Antonio Machado.

Aun aullido penado
a ser mudo muñón
que se agita en silencio,
cada noche mi canto
te acaricia en tus sueños.

Aun susurro apenado
por siglos de distancia
amortajando el verbo,
mi verso se hace carne
feliz cuando te sueño.

domingo, 27 de febrero de 2011

En respuesta a otro silencio


I

Sumar otro silencio ya no puedo
al cruel silencio que me oprime el alma,
deprime el corazón, roba mi calma,
sepulta la esperanza, mientras, quedo,

me desangro en el filo con el miedo
secándome la boca, y en la palma
de la mano una flor sin voz, sin alma,
con turbio aroma a vértigo. Procedo

pues a tratar de no hacer caso alguno
a tu grito callado, tu alarido
voraz como cuchillo. No está uno

ya para puñaladas, que ha perdido
más sangre de la cuenta. Uno a uno,
sin embargo, en sus pétalos, decido.

II

Deprimido -bien lo sabes-, oprimido
-o aplastado, que viene a ser lo mismo-,
moro hace mucho al borde del abismo.
¿Si, no, saltar, asirme? ¿Qué decido?

¡Jodida margarita!, siempre ha sido
ambigua en su lenguaje. Tú, lo mismo;
¿cómo puedes tener ahora el cinismo
de echarme nada en cara; yo, abatido,

por siglos de silencio; tú, inclemente,
metiendo el dedo al fondo de la llaga
sumando tu silencio prepotente

a mis ruegos sin eco? Hunde tu daga,
no obstante, cuanto quieras, turbia-mente;
la flor me ha dicho NO. Tú pierdes. Paga.

sábado, 26 de febrero de 2011

Los invisibles


Las 8 menos 10 de la mañana
del día 17 de febrero
del año 2011. 6 grados sobre cero.
Bajo del autobús
junto a la Macarena,
y, tras cruzar la calle, me dirijo al Parlamento
de la Comunidad Autónoma de Andalucía.
Tirados en la acera,
igual que sucias bolsas de basura,
apuran las migajas de unos sueños
que no son más que carne de intemperie
helándose al relente del invierno.
Son los tristes desechos
deshechos de un sistema
que no da opción alguna al reciclaje
y no puede ocultar su podredumbre
por más tiempo debajo de la alfombra.
Pero eso poco importa;
las prisas que nos mueven
nos impiden,
junto a la insolidaria indiferencia,
apenas dedicar una mirada
a un hecho tan insólito:
que aún sigan respirando sus cadáveres.
Dentro de un par de horas, en la Cámara,
con oratoria hueca y chabacana,
vendrán a debatir sus señorías
acerca de la crisis, corruptelas,
lo mal que andan las Cajas, los recortes
a esto que alguien nombró, con poco acierto,
Estado -¡burla atroz!- del Bienestar,
y de la suciedad que hay en las calles.
Y, tras culpar de todo a sus contrarios
con ira y exabruptos afectados,
al fin de la sesión, codo con codo,
reirán a carcajadas consumiendo
cerveza, té o café, mientras, ya cómplices,
platican sobre el sexo de los ángeles.

viernes, 25 de febrero de 2011

Los cánticos robados


Quisiera yo cantarle dulcemente
A un pueblo alzado a orillas del océano;
Sus calles encaladas, sus chiquillos
Jugando al escondite o la rayuela;
Su luz, puestas de sol, su luna llena
En cópula agitada con las olas;
Y a esa fragancia tierna a pan cociéndose
Naciendo cada nueva madrugada.
Pero he sido parido en el exilio
Sin pueblo, luna, mar, juegos ni patria.
Quisiera yo cantarle a un dios antiguo
Clemente, generoso e inmediato,
Velando afectuoso por sus hijos;
Donándoles la gracia del maná,
Veneros cristalinos y el prodigio
De ver multiplicarse, por su esfuerzo,
Los panes y los peces sin que nadie
Perpetre la ignominia de robárselos.
Pero he nacido huérfano de credos
En medio de un desierto sin confines
Plagado de demonios y alimañas.
Quisiera yo cantarle a la concordia,
La paz y la hermandad entre los hombres,
Unidos codo a codo como iguales,
Luchando contra el hambre y la miseria,
Venciendo a inquisidores, usureros,
Tiranos, criminales y verdugos,
Uncidos de utopías y esperanza.
Pero he visto la sangre derramada,
Las vísceras, el pan y hasta el aliento
De aquellos a los que yo tanto amaba,
Y no soy más que un hijo de la ira,
A quien sólo han dejado por anhelo
El odio, la batalla y la venganza.
Quisiera ser no más que un ser humano,
Y no alimaña atroz contra alimañas.

jueves, 24 de febrero de 2011

La ausente (XLI)


si supieras si tú
supieras comprendieras
si tú supieras cómo

supieras de qué modo
vencido aniquilado
batido extinto roto
caduco fracasado
sin fuerza alguna estoy
luchando batallando
peleando forcejeando
haciéndome la guerra
por no arrojar al centro
sin centro ni confines
del falso cuadrilátero
la acendrada toalla
pugnando por seguir
combatiendo aun sonado
ofuscado babeante

de pie contra la cuerdas
sin fe desarbolado
con la guardia bajada
encajando los golpes
encajando los golpes
encajando los golpes
prolongando el asalto

la fatiga las náuseas
el dolor el cansancio
el dolor el dolor
el dolor el dolor
aun sabiendo el knock-out
inminente forzoso
apremiante fatal
al sonar la campana
si tú supieras cómo
si tú si tú supieras

La ausente (XL)


una revolución en ciernes
se agita en lo más hondo del deseo
se queja
de la ausencia
las mordazas
de estar no ser sin aire
en un tiempo vacío
no aguantará ya mucho
las cadenas
los muros la tortura el desarraigo
está dispuesta a todo
pero el todo
ya sólo tiene un nombre
prohibido aterrador
definitivo

La ausente (XXXIX)


no es el abismo el hacha que cercena
el párpado sediento
el vértigo es el vértigo

miércoles, 23 de febrero de 2011

La ausente (XXXVIII)


sé bien que no vendrás
yo también tengo miedo
ante este vasto abismo
que separa el deseo
del abrazo y el verbo

no sé quizá por eso
a veces temeraria
mi voz vuela hacia ti
diciendo ven te espero
aun sabiendo que sólo
obtendrá por respuesta
el eco de tu ausencia
deletéreo silencio

sé bien que no vendrás
no obstante ven te espero

martes, 22 de febrero de 2011

La ausente (XXXVII)


Me preguntas qué es esto
Tan arcano que oculto
Tercamente en mis versos
Con insólito celo,
Amadamente mío.

Es tu nombre, tu nombre.
Tu nombre, que no digo,
Cal viva en mi garganta,
Soga al cuello tu nombre.
Indeleble tatuaje
Sometiendo al insomnio,
Como araña, mis sueños.

Retumba en mis adentros,
Loco susurro ahogado
Desgajado del viento;
Y en su alarido mudo,
Estrépito sin aire,
Me roba la esperanza,
Las huellas y el mañana,
Agotando mi tiempo.

Rastrea; no está ausente,
subyace, en este cántico,
críptico, en mil añicos
y enzarzado a tu falta.

lunes, 21 de febrero de 2011

Cartas marcadas


A qué apostar ahora con la vida
Si nunca fue baraja generosa,
Y pesa en mi esperanza como losa
Tanto perder partida tras partida.

Con qué, si ya la deuda contraída,
Por su honda usura, hipotecó, gravosa,
La luz del porvenir, menesterosa,
Sin crédito ni aval, sombra hoy vencida.

¿Las causas? Ni las trampas del destino,
Ni haber contado apenas con la suerte;
Me equivoqué de juego, de casino,

No supe ir de farol. Que ahora deserte
Del juego no es cobarde desatino;
Las cartas las marcó la invicta muerte.

domingo, 20 de febrero de 2011

Cosmo(a)gonía II


La eternidad
no existe;
no es más que el ansia estéril
por un tiempo infinito, ilimitado
-sinónimo de dios y trascendencia-,
corriendo sin cansancio en los relojes.
El tiempo es un concepto
vacío, una entelequia,
un convencionalismo
-antídoto precario contra el vértigo-
urdido por los hombres que requiere,
para fingir su esencia,
que existan mutación y movimiento,
un ser vivo naciendo,
brotando, marchitándose, muriendo;
los ciclos de los astros,
las fases de la luna,
las mareas;
verano, otoño, invierno,
primavera;
la noche, los crepúsculos, el día;
el agua erosionando la piedra sin conciencia.
No existe un ser supremo
que pueda darle cuerda al Universo,
ni a este útero asombroso, flor de un día,
que acoge nuestro pánico al vacío,
a ese erial, quedo, oscuro, mudo y frío
que aguarda ineluctable al fin de la carrera.
El todo es el ahora, el hoy. Lo eterno
lo huero, lo inconsciente,
la nada,
nuncasiempre.

Fotografía: Silvia Corvalán.

sábado, 19 de febrero de 2011

Fábula indocumentada


A Augusto Monterroso.

En tiempos prehistóricos,
Los hombres
Temblaban de terror en las cavernas,
A causa del tiránico dominio
De los más gigantescos de los saurios:
Perfectas maquinarias de matar,
Tan hábiles, soberbias y voraces,
Que nunca el ser humano,
En su insignificancia manifiesta,
Lograba imaginarse derrotándolas.
Pero un día, cansados de su miedo,
Los hombres se aliaron decididos
A hacer frente a la bestia
Más fuerte y sanguinaria de entre todas;
Y, no sin gran esfuerzo, consiguieron
Batirla en retirada y darle muerte.

Supongo que, al oír lo que he narrado,
Habréis pensado que este fabulista
Debió volverse loco,
Que no tiene la más remota idea
Acerca del asunto,
Y ha cometido un gran error histórico.
Mas esto no es así.
No alberga duda alguna este poeta
De que los grandes saurios,
Surgidos a mediados de triásico
Y extintos a finales de cretácico,
No han coincidido nunca con el hombre
En la oprimida faz de este planeta.
Pero
Qué hermoso ha sido,
Compañeros,
Soñar que alguna vez, quizás, los hombres,
Unidos contra su hosca tiranía,
Lograron derrotar al Dinosaurio.

A la deriva


Turbado sobre el filo de la nada,
Sin brújula ni estrellas, voy buscándote.
Con vértigo buscándote. Buscándote
Sin faro, fe ni mapas; sin estrada,

Olfato, alas ni tacto; sin mirada
Ni red que pare el golpe atroz, buscándote.
Buscándote, buscándote, buscándote,
Aleado a la esperanza coagulada.

Buscándote seguro de no hallarte.
Con ansias temerarias, testarudo,
Buscándote. Buscándote desnudo,

Con la intemperie al cuello, para alzarte
Un altar donde, edén, seguir buscándote.
Buscándote, buscándote, buscándote.

viernes, 18 de febrero de 2011

La ausente (XXXVI)


No sé si soy por suerte un buen poeta
o nada más que un bardo miserable
sin interés alguno para aquellos
que aprecian de algún modo la poesía.
Si dentro de 100 años –si aún hay mundo-
habrá quien se emocione con mis versos
o si hablará de mí con gesto adusto
un docto profesor de 6 a 7
a sus alumnos de literatura.
Si un grupo de académicos mediocres
con aires asfixiantes de grandeza
me otorgará con pompa un galardón
por mi obra a modo póstumo,
y editará un volumen de 1000 páginas
–selecta antología-
con una introducción de 900
y el resto dedicado a mis poemas,
sin corregir apenas sus flagrantes
faltas de ortografía.
Si alguien recitará junto a mi tumba
“yo sólo existo cuando tú me nombras”,
“me duele el porvenir si estás ausente”
o “el último confín de la tortura”,
o no habrá tan siquiera quien dedique
una mirada exigua a mi epitafio:
“Aquí yacen los restos de un cretino
que quiso refugiarse del silencio
jugando a ser poeta.”
Si alguien sabrá que fuiste tú la musa
del sueño sin aurora, la quimera,
que hirió mis horizontes y mis huellas,
dando a luz a este ocaso, a estos mis versos,
o no serás siquiera polvo anónimo
excluido eternamente de la historia.
No sé, jamás podré saberlo. Y, la verdad,
no me importa un carajo
ese ser o no ser de ser poeta
presente o con derecho a hallar un hueco
somero, tras mi muerte, en el Parnaso.
Lo único que ansío, que me importa,
es poder susurrarte, entrañas mías,
un poema hecho con emes,
con haches aspiradas,
sin metáforas,
una noche de excelsa luna llena,
antes que este alarido que se pudre
brutal y amordazado en mi garganta,
me ahogue para siempre en la elegía
que entono a duras penas por tu falta.

jueves, 17 de febrero de 2011

Canto de cisne de un poeta apóstata


Malditos sean Heráclito y Manrique,
Su equívoco turbión de ríos y mares,
Metáforas colmando de pesares
Este aullido de cisne de mi psique.

No hay vate o pensador que domestique
Mi duda ante los turbios albañares
A los que arribo ahora sin altares
De un dios que mi pavura lenifique.

Que no quiero ser gota de agua anónima,
Oscura, sin conciencia, queda y fría,
Confusa eternamente en la entropía.

Me quiero, yo, hontanar con nombre propio;
De ideas, flujo y luz, caleidoscopio;
De identidad sin fin, trova sinónima.

miércoles, 16 de febrero de 2011

La ausente (XXXV)


a qué . estatua de sal
mirar atrás si nunca
tus huellas fecundaron la arena de Sodoma

Fotografía: José María Carpizo

La ausente (XXXIV)


lo mismo que un mendigo
que no recuerda cómo
se pide una limosna
así espero a que caigan
las míseras migajas
sobrantes de tu tiempo

martes, 15 de febrero de 2011

Escalofrío


Después de no sé cuánto, coincidimos
A la hora del café –te has retrasado.
Saludas. Te saludo. Amilanado,
Me rindo a la distancia. Sonreímos.

Recuerdo el sueño aquel, lo que no fuimos
El uno para el otro. Está acabado,
Me digo, lo que nunca hubo empezado;
Que tú y yo para ti nunca existimos.

Apuro, amargo, el trago del momento,
Y, antes que tú, me marcho. Luego siento
Tus pasos a mi espalda. Loco ansío

Volverme atrás, volverme, hablar contigo,
Volverme atrás, volver, buscar tu abrigo;
Y huyo sin fe, con miedo. Escalofrío.

lunes, 14 de febrero de 2011

La realidad y el deseo



A MaLena

Ser con vos, pese al silencio.
Ser de vos, pese al abismo.
Soy por vos, luz de mis ojos.
Sigo aquí.
Y vos
conmigo.

domingo, 13 de febrero de 2011

La ausente (XXXIII)


después de varios años sin respuesta
de dar sin recibir
inesperado
de nuevo un intercambio de presentes
un libro y una pluma
dos metáforas
el libro suplicando escucha
la pluma concediendo
habla
y entre ambos
acechando
seguro de vencerlos
el silencio

viernes, 11 de febrero de 2011

Plaza de Tahrir


el 11 de febrero
del año 2011
cuando en la plaza de Tahrir
comenzaba a cambiar el mundo
o al menos nos cabía esa esperanza
y las ratas de siempre mientras tanto
seguro conspiraban en las sombras
tratando de que todo
las aguas desatadas
volviesen a sus cauces
colmadas de cadenas
estancadas
en las televisiones españolas
-al cabo no era el régimen de Castro-
retransmitían otras cosas
asuntos que sin duda
eran más importantes
para una democracia
pendiente a todas horas
de princesas de barrio
una isla de patéticos babosos
-perdón quise decir de los famosos-
corazón corazón Belén Esteban
programas de cocina
y cornudos venales
¡viva la información
de plena actualidad e independiente!

La ausente (XXXII)


(qué infausto es el azar cuando la suerte
termina donde se alza la distancia

ese espacio que media entre la piel
que ajena al tacto abarca la mirada
famélica y a un tiempo inapetente)

tras largo tiempo dándome a espada
me otorgas un instante frente a frente

vedado el alimento de la carne
tus senos abundantes y en sazón
debieran despertar el apetito
iluso sucedáneo sin nutriente
de la pupila anémica y cansada
pero esta sed de luz pero tus ojos
antaño puerta al fondo hoy sólo bruma
cautivan como imanes las penumbras
de mis cuencas vacías

y crece en ti la niebla
y crece en mí el espanto
ahondando la distancia

Transmutación


A Marivi

CUANDO despertaron, él era el dinosaurio.

miércoles, 9 de febrero de 2011

La ausente (XXXI)


cuando el ala fue talada
y es un pecio en la honda ciénaga
de un calendario sin tiempo
sólo le resta al muñón
arrastrarse en su periplo
sin meta ni rumbos nuevos

&&&&&&~~


brotó en septiembre
pero esto
no es un haiku
es flor
de invierno

martes, 8 de febrero de 2011

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en la ceguera

de la noche me alumbras
ojos mis dedos

lunes, 7 de febrero de 2011

Las autoridades sanitarias advierten...


ME COMENTA mi amigo Santi –ese camionero sabio al que ya me he referido en alguna que otra ocasión anteriormente- que no alcanza a explicarse, tan preocupados como últimamente se muestran todos ellos por la salud del ciudadano, cómo es posible que no se le haya ocurrido aún a ningún gestor de lo público la idea de colocar, a modo de la que aparece en los paquetes de tabaco, una leyenda para el resto de los productos que consumimos a diario en la que dijera algo así como “LAS AUTORIDADES SANITARIAS ADVIERTEN QUE EL CAPITALISMO MATA”.

“Porque el Capitalismo, Rafa, ¿no me dirás que no?, mata. Mata de hambre, de malaria, de miseria, envenenándolo todo, en guerras, llamadas cínicamente preventivas, cuando van dirigidas al expolio. Mata a base de desahucios, de cartas de despido, de depresiones, que acaban derivando en infartos, muertes súbitas y suicidios. Mata en los países empobrecidos, y mata también, aunque no lo den en las noticias, aquí en España. Y, si no hacemos nada para enfrentarnos a ese virus letal, a esa pandemia, seguirá matando más y con más fuerza con cada nuevo día que pase.”

“El Capitalismo –continúa- es el mayor asesino de la Historia, Rafa. Es terror, la esencia del terror, terrorismo, puro y duro, amparado por las mal llamadas, por tan injustas, leyes de mercado. Y, dado que –concluye-, en lugar de condenar abiertamente esa violencia, ese ignominioso terror que parece no tener límites, se dedican permanentemente a hacer apología del mismo y a colaborar sin escrúpulo alguno con sus postulados, lo que tampoco podré llegar nunca a entender es cómo a esos dos grandes partidos de la alternancia sin alternativa que sufrimos en nuestro país se les permite por parte de la fiscalía concurrir a unos comicios electorales. Porque ya sabes como están las cosas en ese asunto. Pero no me hagas mucho caso, ya ves que estoy un poco bebido, y sabes bien que cuando tengo encima una copita de más no se me ocurren más que estupideces y arengas sin sentido”.

Yo, sin nada que añadir, atónito, profundamente emocionado y sin palabras, en tanto pienso en lo que se están perdiendo Ramonet y “Le Monde Diplomatique” en favor de la movilidad insostenible, sólo puedo asentir con un gesto, justo antes de darle un fuerte abrazo e invitarlo a otra cerveza.

domingo, 6 de febrero de 2011

La ausente (XXX)


despierto cuando el alba está aún dormida
y huele a pan tostado tu recuerdo
después nace el celeste avanza el día
y el rojo del crepúsculo da paso
a una noche famélica que engulle
los huesos en ayunas de mis sueños

Black-power (Con los brazos atados a la espalda)


ESCAPA del redil de los estoicos. Alza el puño, la voz, da un paso al frente; y arremete a destajo contra los mercaderes –verdugos disfrazados de cordero- que engordan con el necio conformismo de aquellos que, sin lucha alguna, aceptan ser nada más que res mansa y silente con hora programada en el patíbulo.


* * * * *

Con los brazos atados a la espalda

Con los brazos atados a la espalda
un hombre
un hombre feo y joven
un rostro algo vacío
con los brazos atados a la espalda
lo hundían en el agua de aquel río
-un rato nada más
lo estaban torturando no matándolo-
con los brazos atados a la espalda.
No hablaba y lo pateaban en el vientre
con los brazos atados lo pateaban
le pateaban el vientre los testículos
se arrollaba en el suelo
lo pateaban.
Ahora mismo
hoy
lo están pateando.

(13 de agosto de 1969)


Idea Vilariño (De “Pobre mundo”)

sábado, 5 de febrero de 2011

La nieta del boticario


De su pueblo, al que el fascismo
castigó con mano dura,
la nieta del boticario
es técnico de cultura.

Y, aunque se dice demócrata,
terca esgrime la censura
para soslayar los crímenes
de aquella atroz Dictadura.

Y es que el abuelo, en sus tiempos,
contribuyó sin mesura
a la barbarie del régimen
con pócimas de tortura.

Pero a pesar de su yerro,
que a nadie le quepa duda,
ha mejorado a su abuelo,
con creces la criatura:

al aceite de ricino
han dado paso las letras;
¡cuánto mejor la palabra
que aquellas crueles recetas!

Y a nadie extrañe que ansíe
de su herencia desmemoria,
¿a quién no avergonzaría
ser fruto de aquella escoria?

Mas el resto mantengamos
bien despierta la memoria,
sólo así quizás logremos
no se repita la Historia.

viernes, 4 de febrero de 2011

&&&&&~~~~~


Hojas marchitas
audible en el silencio,
zumbir del tiempo.
En las teclas los dedos
frotar de saltamontes

Diosa

no es el quejido
del viento entre los pinos
hojas taladas

El Éxodo

jueves, 3 de febrero de 2011

Crónica


Las 5 menos 20.
Acabo de llegar –maldito atasco-
en este instante a casa.
Me siento muy cansado. Pienso en ti.
Ya sabes,
como siempre:
como siempre
cansado;
como siempre
pensando
en ti, que ya no existes,
que fuiste sólo un sueño
mudado en pesadilla con los años
de vasto desencuentro, de crepúsculos
heridos por la sal,
la sed,
el hambre.
Preparo un huevo frito con patatas,
y no pruebo bocado;
hoy no tengo apetito. Pienso en ti;
en como estuve toda la mañana, el mediodía
y parte de la tarde,rogándole al azar que me otorgase
la dicha de poder, un solo instante,
mirarte de soslayo, en la distancia,
al fondo del pasillo.
No hubo suerte.
Tratando de olvidar, de hallar descanso,
engullo unos sedantes
y, abatido,
me ovillo sobre el lecho.
Pienso en ti.
Tictactictactictactictactictac
tictactictactictactictactictac
tictactictactictactictactictac…-
Las 5 y 25. Probablemente estés
tomando ya café
–trabajas esta tarde,
hoy
es jueves-,
seguro que sonríes,
y charlas con cualquiera,
amable y distendida, de asuntos cotidianos,
lo mismo que, conmigo, hiciste antaño.
Se anegan de nostalgia mis pupilas;
no alcanzo a conciliar, ni aun leve, el sueño.
Tictactictactictactictactictac
tictactictactictactictactictac
tictactictactictactictactictac…-
Las 7 y 25. Me levanto.
Intento refugiarme en la escritura:
esbozo un mal poema. Pienso en ti;
Debes estar saliendo del trabajo.
“Cuidado con el tráfico” –susurro-.
Tictactictactictactictactictac
tictactictactictactictactictac
tictactictactictactictactictac…-
Las 8. Estás ya en casa.
Cansada.
Como siempre.
Yo no existo.
Atiendes a tus hijos;
la cena, las tareas de la escuela.
Los mandas a la cama; estudias algo.
Tictactictactictactictactictac
tictactictactictactictactictac
tictactictactictactictactictac…-
Las 11 de la noche. Pienso en ti.
Te pienso mientras duermes. Yo no existo.
Tictactictactictactictactictac
tictactictactictactictactictac
tictactictactictactictactictac…-
Que tengas dulces sueños.
Un beso. Hasta mañana.
Tictactictactictac...

miércoles, 2 de febrero de 2011

&&&&&~~~~


La oscuridad
extendiendo sus brazos,
atrapa el tiempo.
Croa el sapo, princesa…
laberinto del sueño.

Diosa

Sal en la ciénaga
de un ensueño a destiempo:
solloza un sapo.
Vasto abismo el que media
entre prodigio y llanto.

El Éxodo

martes, 1 de febrero de 2011

Epitafio


cuando acabe este tránsito
y en polvo apenas muden risa y llanto
y borre el mar por siempre cualquier huella
del ala o el muñón sobre la arena
no escribáis sobre un mármol

aquí yace
nació el 1 de marzo
año 61
siglo XX

ni fecha ni motivo de la muerte
al igual que vosotros
ya no estaré
nunca habré estado
por tanto
lo mejor
será dejarlo en blanco