"Oh! je voudrais tant que tu te souviennes
des jours heureux où nous étions amis
en ce temps-là la vie était plus belle,
et le soleil plus brûlant qu'aujourd'hui."
Jacques Prévert
Se ciernen como buitres sobre el ansia
estéril, aun carnal, de los espectros,
impías e intangibles, las horas amarillas.
Silentes sus ladridos los hostiga
Y, exánimes, empuja a un huero abismo;
cruento muladar, donde devoran,
violentas e implacables,
los pútridos despojos de sus sueños.
Las horas amarillas son jirones
pretéritos de un cántico sin savia,
talados de raíz por la ventisca
sin hálito ni estrellas de la ausencia.
Minuto tras minuto van cayendo
sin tiempo hasta las aguas del olvido,
para desde esa mar de hondas tinieblas
alzarse nuevamente salitrosas
con garras putrefactas de elegía.
Ascienden como el humo hasta el sudario
sombrío que amortaja al firmamento,
y luego caen a plomo como mármol,
sellando el hipogeo donde yacen
ahogados los espíritus insomnes
varados a un anhelo sin estelas;
almas sin alma en pena que, en su espanto
e inermes, se lamentan sin descanso,
rendidas al dolor insoportable
que ya les queda sólo por destino:
pudrirse eternamente en su ardua espera
sin una brizna viva de esperanza,
aleadas a las horas amarillas.
(Así es mi espera ya, terco reloj
que itera sin tictac como epitafio,
instante tras instante en el destiempo,
las horas amarillas).
2 comentarios:
Tira el reloj por la ventana Rafa. A veces, cuando nada esperas, suele suceder lo inesperado.
Hermosa poesía, muy a tu estilo. Hasta me dan ganas de ir y darte un abrazo, pero igual te lo mando. Que pases una linda Navidad.
Te mando muchos besos
Éxodo, vengo a desearle una feliz navidad y feliz 2012 y a decirle que he estado muy ocupada y no pude venir con la frecuencia que me hubiera gustado, también que me encanta el poema aunque triste:
"y luego caen a plomo como mármol,
sellando el hipogeo donde yacen
ahogados los espíritus insomnes
varados a un anhelo sin estelas;"
besos
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