martes, 3 de abril de 2007

La parroquia de los excluidos y la falsa Iglesia.

Vaya por delante que yo no soy creyente. Lo cual no quiere decir que deje de respetar profundamente cualquier creencia religiosa ni que deje de valorar la labor en pro de los seres humanos que vienen efectuando desde siglos muchos creyentes, ya religiosos, ya seglares.

En el contexto de esta labor humanitaria se encuentra la parroquia de San Carlos Borromeo del madrileño barrio de Entrevías, la parroquia de “los excluidos”. Esta parroquia fue eximida hace veintidós años de sus responsabilidades pastorales por el entonces arzobispo de Madrid, Ángel Suquía. Desde entonces, los responsables de la parroquia vienen realizando una ímproba labor a favor de los desposeídos, de los marginados, de los excluidos, de los nadie, que diría Galeano. Antes que a evangelizar, se han dedicado a tratar de reintegrar a estos excluidos –drogadictos, prostitutas, sin techo…- en la sociedad, dándoles otra oportunidad de construirse un proyecto de vida digna y sin tantas apreturas, de ser hombres y mujeres de provecho que, tras comenzar de nuevo a amarse a sí mismos, sean capaces de amar y ayudar a sus semejantes. En definitiva, y en mi modesta opinión, a seguir fielmente la doctrina y las ideas de iglesia que quiero pensar que defendía Jesucristo, la iglesia de los pobres y para los pobres, una iglesia de personas con criterio y no un rebaño de borregos sumisos a los dictados de las jerarquías eclesiásticas.


Y, claro, esto ha terminado molestando a esas jerarquías, a esas jerarquías que sólo saben del “ordeno y mando” y que no quieren que nadie cuestione sus mandatos por extemporáneos y poco humanitarios que resulten, esas que quieren hacernos pensar que con la fe se soluciona todo y que se agarran a esa fe espuria para mantener sus privilegios. Deben ser los “nuevos” aires que corren desde el Vaticano desde la elección de Benedicto XVI como Papa, un Papa que ya ha dado buenas muestras de su involucionismo y de sus afanes reaccionarios.


Y, claro, el actual arzobispo, Rouco Valera, ha decidido poner fin a tan cristiana experiencia, bajo la burda coartada, en un acto de cinismo sin parangón, de convertir la citada parroquia en un centro dedicado a la acción social de la iglesia. Porque ¿qué aberración es esa de hacer comulgar con rosquillas a los hambrientos? ¿Y eso de impartir la liturgia con métodos dialécticos, dialogando, comprendiendo, escuchando, en lugar de, como mandan los cánones, “impartir las enseñanzas de Cristo” casi en latín, para que nadie las entienda, y tan sólo sean “compartidas” por esa mezcla de fe, miedo y asunción ciega de conciencia de pecador –aunque se desconozca el pecado cometido- que tanto daño han venido haciendo a la humanidad desde tanto tiempo atrás? Los que detentan el poder con modos absolutistas nunca han querido que sus siervos ni comprendan ni se cuestionen nada, sino un servilismo ciego que siga fielmente cualquier mándato jerárquico por injusto y aberrante que pueda llegar a ser.


Y es que, desde esa parroquia han surgido grupos tan dinámicos, tan humanitarios, independientemente de la mayor fe o no de sus integrantes –que hasta miembros de otras confesiones acudían allí a buscar asilo-, tan críticos y exigentes como Traperos de Emaús, Coordinadora de Barrios, Escuela sobre Marginación, Fundación Raíces... ¿Más acción social?, señor Rouco. Pero ¿a quiénes pretenden engañar estos señoritingos con casulla de la curia eclesiástica?


Tanto tiempo metiéndonos el miedo en el cuerpo con el Armagedón y el advenimiento del Anticristo, cuando ellos no dejan de trabajar únicamente por mantener sus privilegios y la obediencia ciega de los fieles, aun en contra de todo lo que predicó Jesús. No será que el Anticristo ya está entre nosotros, no ese Anticristo imposible de leyendas de agoreros y milenaristas, sino un Anticristo real y cotidiano, ese que se empeña en tirar por tierra la labor de los que se ocupan en tratar de mejorar las condiciones de vida de los excluidos, sean o no creyentes, que todos deberían tener cabida, de existir éste, en el Reino de los Cielos.


Creo que algunos, por mantener su estatus incuestionable, están dando pasos de gigante camino del infierno. Una pena que tampoco exista para que allí más de uno recibiese lo que merece por su falta de humanidad y su desprecio por el sufrimiento ajeno y por la labor desinteresada de aquellos que tratan de aliviarlo.


Vaya desde aquí mi solidaridad con los curas de la Parroquia San Carlos Borromeo, y con su intención de resistir al ataque vergonzoso que han recibido desde los que se autoproclaman indecentemente servidores de Dios y de los hombres. Y mi reprobación y desprecio por estos anticristos cotidianos empeñados únicamente en joder al prójimo.


Amén.


Ps. Me pueden, señores de la curia, amenazar de excomunión si no me retracto, que me la trae al fresco, que yo no he hecho oficial declaración de apostasía, porque me siento hace ya tiempo un apóstata de hecho. Que les den.

7 comentarios:

Anónimo dijo...

Raaaafa, hijo mío, bienvenido al infierno, aquí se está más calentito hombre, mira, te presento a Judas, el malo, eh?, no el otro. Y ese de allí, el de la esquina, ese es Juan Pablo II, si, si, el que está sentado al lado de Caín, los otros dos de enfrente son los Reyes Católicos, están ahora charlando con Franco, que es ese señor con bigotin y dos cuernos muy grandes, luego te los presento... Ala pisha, acomodate, y descansa, que esta noche tenemos un concierto con Janis Joplin y Jin Morrison.
Choricitos al infierno y caimada

Anónimo dijo...

Vendo del cielo, válgame Dios, si allí no hay nadie. Es un solar, y que frío. Ah, si, estaba una tal Santa Teresa, medio borracha, preguntando por el averno.
En fin, amigos ateos, no creo en el infierno porque eso me obligaría a creer en el cielo. Bueno,puede que el infierno exista y es intinerante, ahora anda por Bagdag, pero casi siempre está en el despacho oval. HOy, amigo Rafa, hemos coincidido en el tema (http://eltrasterodelaimaginacion.blogspot.com/) pero por si no tenéis tiempo de leerlo, os pongo la última frase: Como dijo aquel jesuita de la Nicaragua sandinista, "es posible que esté equivocado, pero déjenme equivocarme en favor de lo pobres ya que la Iglesia se ha equivocado durante muchos siglos en favor de los ricos". Amen.

Anónimo dijo...

¡Vaya dos que me han precedido! que par de lagartos!
Suscribo al completo tu artículo, así como la admonición final: que les den por c... Mala gente que camina, eso es lo que son ... y mucho más ... y malo.
En los últimos tiempos se están viendo "señales" muy, pero que muy, malas. Huele muy feo, no se están recatando nada de nada.
¡Quediosnospilleconfesados!
Abrazos a los tres. PAQUITA

Anónimo dijo...

uff yo prefiro no comentar no vayan a quemarte el blog Rafa jajajaja creo k sabes bien k pienso sobre la iglesia y sus aldaños...

Paquita pa que dios me pille ha de correr mucho y como yo le confiese lo inconfesable muere por derramamiento de semen...

Besos pa tós. Mar

Anónimo dijo...

Jó Mar, si es que me ganas de todas todas. ¿Que yo tengo la lengua suelta? -y te lo pongo a huevo- pues tú ... más. El caso ... el caso es ir por delante. Claro que así ... así no hay dios que te pille.
Buen día Mar. PAQUITA

Anónimo dijo...

No, no, Paquita. No es k la tenga suelta... para eso antes debería estar sujeta y como k la mia siempre a sido libre jajajajja

Te cuento un secreto: Yo tengo a un tal... llamado "Dios", cuando veo que me ahogo lo kojo de los kinders y le digo: "Yo no ahogo, pero jode si aprieto... a ke si?"

Besos pueriles

Anónimo dijo...

Pues sí, el infierno está aquí, disfrazado de cielo. Aunque por fortuna, hay quienes se ocupan de que ese infierno, que para algunos comienza a parecer eterno, termine por ser sólo una anécdota.

Abrazos infernales.