A montes ardiendo,
ganancia de especuladores.
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De joyas y bisutería
José Fiscal, Consejero de Medio Ambiente y Ordenación del Territorio de la Junta de Andalucía, con respecto al pavoroso incendio que ha reducido a cenizas una buena parte del hasta hace unos días paradisíaco entorno del Parque Nacional de Doñana, ha declarado que la zona que ha ardido es "el colchón que protege la joya que es Doñana". Así, según el Consejero, casi estamos de enhorabuena porque es probable ―aún no seguro― que, aun habiéndose perdido piel y arterias, brazos y piernas, se salve el corazón. Pero cuánto puede aguantar un corazón sin cuerpo. Los ecosistemas y las relaciones biológicas que en ellos se desarrollan no entienden de fronteras. Es más, se ven gravemente constreñidos y perjudicados en su funcionamiento por estas. El Consejero debería saber esto y no tratar de aplicar paños calientes. Porque calor es lo que sobra en los espacios asolados por la tragedia. Y dejemos de una vez por todas de tasar los espacios naturales comparando a los unos con alhajas y a los otros con vulgar bisutería.
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