Un poeta viejo muere, está muriéndose.
Tiene
los días contados
y lo sabe.
Pero sigue escribiendo
como siempre escribió,
como si cada verso
fuese el último,
y la existencia, eterna.
Y cuando llega su hora,
el final de las horas
que da inicio al silencio
y lo eterno,
deja un poema inacabado.
Como su propia vida.
Como las vidas todas
de aquellos que murieron
y aún deberán morir en este mundo
viejo que gira y gira en el vacío
con sus días contados.
La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
3 comentarios:
Los poetas no mueren Rafa. (Ayer estuve hablando con Oliverio)
Al final, la vida en sí es inacabada. (Uy, hoy estoy pensante jaja)
Si supieras qué frío hay, necesito una copa de vino. ¿Me invitas? Ya saco el pasaje!
Besos
¿Te dije que eres inteligente?
Hola Vivian. Lo siento por tu frío, aquí estamos como los huevos fritos. Los poetas dejan poemarios inacabados que son, a veces, los mejores testamentos de su paso por la tierra....
Holaa!
¿Por qué anónimo? ¿Carlos, o Rafa?
Prefiero ser un huevo frito (en Cuba siempre lo fui), el invierno me deprime, me da hambre ( para qué mencionaste los huevos fritos), y siento ganas de esconderme como las cigarras!
Un beso.
;)
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