jueves, 15 de junio de 2017

Instrucciones para una cita a ciegas


Adopte un perro lazarillo. Quede en algún lugar de los suburbios donde sirvan comida japonesa —amén de más exótico y romántico, siempre resultará más económico. Llegue a la hora en punto. Caminando; es un buen modo de abrir el apetito. Deje al perro en la puerta y arránquese con mimo los globos oculares. Una vez dentro, ruegue al maître que le sea concedido el honor de ser usted mismo quien prepare el pez globo. Ya en la mesa, frente a su eventual pareja, olvídese del gusto y el olfato y preste oídos sordos a cantos de sirenas. No escatime en el vino. Y empiece a respirar a tientas. Si la cosa va mal, el perro está jodido. En cambio, si funciona, podría ser o no el principio de una gran amistad.

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