el futuro a destajo para luego
―cuando les es propicio
por intereses de índole
tributaria, ¡ALELUYA!,
empresarial y etcétera, o por meros
esnobismo o capricho
de carácter burgués o aristocrático―
venir a derramar sobre nosotros,
mugrones miserables
del fracaso, su hipócrita
y parca caridad
neonacionalcatolicista,
lo mismo que una cálida
y abundante meada.
¡ALELUYA! ¡ALELUYA!
2 comentarios:
Pareces Savonarola en la Catedral de Florencia
Benditos aquellos que sostienen la meada sobre ellos, caliente orín de perros sobre perros, porque España es un país de rastreros.
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