Para comer perdices

Tratando de aclarar
conceptos, me pregunto
de qué demonios hablan
—y yo me cuento entre ellos—
aquellos que hoy reclaman
que, por el bien común,
se ponga en marcha un nuevo
modelo productivo.
"Poner en marcha un nuevo
modelo productivo";
así dicho sin más
resulta una exigencia
demasiado genérica
susceptible de ser
usada hasta el abuso
lo mismo para un roto
que para un "descosío".
En fin, mucho me temo
que muchos de los que hablan
de ese cambio, por causa
de su falta de ideas
o su cinismo, lo único
que pretenden son cambios
de carácter estético
para no cambiar nada
en lo tocante a la hoy
más rara avis: la ética.
De modo que, para ir
concluyendo, pondré
mis cartas boca arriba.
Dejemos de marear
la perdiz: desde la ética,
referirnos a un nuevo
modelo productivo,
es hacer referencia
a un modo de pensar
diferente, a un modelo
para nada caduco
y, sin embargo, antiguo:
se llama socialismo.