Ronda una tribu de espantos
Mis noches hueras de estrellas,
Cuarenta randas robando
A mi azul póstumas huellas,
Y el mayor de los espantos
Del pogromo de la espera,
Esa daga atravesando
Mis entrañas con la ausencia.
Aterido de desiertos
Urdo en vano sortilegios
Para unirme a la cuatrera:
- Ábrete, ábrete, Sésamo!
(Se rompe mi voz gimiendo
En la inexpugnable piedra)
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