miércoles, 29 de octubre de 2014

Romper la baraja

"por intensos que sean,
los rayos de sol
no regeneran a los muertos."

Chantal Maillard

Cuando no se sabe como actuar para atajar un problema más o menos complejo, o, peor aún, cuando no se tiene intención alguna de poner los medios necesarios para resolverlo, es frecuente sacarse de la manga un pacto. Hoy, en España, en vista de la que está cayendo, está de moda anunciar pactos en favor de eso que llaman, sin saber muy bien de que se trata, regeneración democrática, así como contra la corrupción. Vistosos envoltorios enmascarando el vacío. Porque el problema no es que haya más o menos corruptos, el problema es que el sistema del que no dejan de brotar como setas venenosas, está podrido. Y lo está porque en su alumbramiento —eso que nos han querido vender como Transición Democrática, y no fue más que una artimaña para la perpetuación, aunque algo edulcorado, del régimen Franquista— ya venía contaminado con el gen de la podredumbre. De aquellos polvos, estos lodos. Y hoy ya no valen pactos destinados a parchear nuestra impostada democracia o a meter la mierda debajo de la alfombra. Porque ese gen sigue ahí, determinándolo todo. Hoy, la solución pasa por hacer borrón y cuenta nueva, por poner en marcha un nuevo proceso constituyente que cambie radicalmente las reglas del juego, para que aquellos que detentan el poder de forma espuria, ya en el ámbito de lo público, ya en el de lo privado, dejen de contar de una vez para siempre con barajas con las cartas marcadas. Para que todos dispongamos de las mismas oportunidades y, en caso de jugar sucio, seamos sancionados de manera acorde con el delito cometido. Ese es el único pacto que hará posible una España de libertades y Justicia. Lo demás: cuentos chinos para que en las aguas putrefactas y revueltas del cadáver de nuestra nunca nacida democracia, sigan haciendo su agosto los pecadores.

1 comentario:

Carlos dijo...

Cuando vas a trabajar a un organismo público, cualquier funcionario sabe lo que hace el de enfrente, pero nadie sabe en qué y para qué gastan el dinero los políticos. Son, como dice el de la formación Podemos, la Casta, más o menos corrupta. Deben de dejar de ser Casta, y estar controlados.