jueves, 9 de octubre de 2014

Gabinete de crisis


(Un selecto grupo de hijoputas cariacontecidos en torno a una lujosa mesa de caoba con viandas abundantes y de primera)

A: Cagonlaputa con la mierda esta de chapuza. Este jodido asunto se nos ha ido definitivamente de las manos.

B: Sí. Vamos a ser el hazmerreír del mundo entero. Y objeto de la reprobación y la ira de un buen número de españoles. Porque a esto, la verdad, se mire por donde se mire, no se le ve por ningún lado una salida mínimamente airosa.

C: ¿Y si dimite...?

A: ¡AQUÍ NO DIMITE NI DIOS, COÑO! Ya tuvimos bastante con lo de Orenga.

B: Y Gallardón, no nos olvidemos de Gallardón.

A: Bueno, lo de Gallardón fue diferente. Pero, por el momento, no puedo dar más detalles.

C: ¿Y entonces? Porque, a poco que el asunto se desmadre un poco más, nos vamos al puñetero carajo. Esta mierda nos puede terminar dando el descabello y hasta la puntilla en las próximas elecciones.

B: ¡JODER, JODER, JODER! Y a ver que hacemos entonces. ¿Ganarnos el pan gracias a la maldición bíblica, con el jodido propio sudor? ¡Pero, por Dios, si no hemos dado un palo al agua en la puta vida!

C: ¿Y un suicidio colectivo? ¡Ay, qué angustia!

A: ¡Joder con el capullo este! Escucha; como sigas diciendo gilipolleces, mando a pegarte un tiro en el estómago y que te dejen desangrarte lentamente hasta morir. ¿Capisci?

D: Calma, calma, señores, que esto tiene fácil solución. Con la colaboración interesada de un par de trepas y algún que otro estómago agradecido no nos costará mucho cargar con la culpa a la auxiliar de enfermería contagiada con el virus. Es más, con un poco de suerte, hasta acaba palmándola y no tiene oportunidad ni de defenderse. En fin, asunto resuelto , ¿no? Yo me encargo de todo.

(Aplausos como señal de aprobación unánime)