Llegó un terraplanista
sacando pecho a troche
y moche, pa-vo-neán-dose
como un pavo real
de moco leporino
y corona herrumbrosa,
en tanto el populacho
se entretenía bailando
la Bomba de King África.
El sexador de pollos,
lector impenitente de Aristóteles
y otros herejes como
Bertolt Brecht o Galeano,
los contemplaba atónito.
"Como para tratar
de refutar las burdas
y falaces teorías
de los negacionistas
y hacer ver a la grey,
detrás de tantas sombras,
la realidad, la horrible
realidad que se impone
con el cambio climático"
—se dijo el sexador
muy para sus adentros.
Al poco enloqueció
y dio en gritar al viento
—que rima con adentros;
y si a algún candidato
a ascender al Parnaso
no le gusta, ajo y agua—:
"¡Han metido al Caballo
de Troya en nuestros montes!
¡Arrepentíos, tíos,
se acerca el fin del mundo
y, si continuamos
bailando como zombis
al son que nos imponen
los abstemios de ciencia,
nos va a pillar sin una
cerveza en el arcón
del hielo y la esperanza!"
(Pandora se frotaba,
oyéndolo, las manos.)
El sexador había
soñado con las venas
abiertas en canal
de América Latina,
transmudadas en cloacas
insertas como tumbas
en un mar de cenizas.
♬♪♬ Que el mundo fue y será una porquería
ya lo sé... ♬♪♬ —"¡HOUSTON, HOUSTON,
TENEMOS UN PROBLEMA!"
—"¡QUE COÑO OS PASA AHORA!"
—"Que dicen por ahí,
neandertales, que el hombre
jamás pisó la Luna".
—"No se puede hacer nada
a fin de convencer
de lo cierto a sujetos
que viven en la Luna.
Y así, con el fascismo".
♬♪♬ Y todo a media luz
crepúsculo interior.
¡Qué suave terciopelo
la media luz de amor! ♬♪♬
(El sexador de pollos,
desde su habitación
acolchada, contempla,
henchido de amargura
e ira, como arde Troya.)
Ahora, en la cara oculta...
(Los inmorales)
1 comentario:
Hace falta un diccionario rafaelístico para entender tus singulares poemas
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