Cada vez que un terraplanista alza la voz para defender sus delirantes teorías, una paloma con diarrea defeca encima de la estatua de Aristóteles en la plaza Aristotelous de Tesalónica, y sendos dolores de muelas hacen que los espectros de Galileo y Copérnico aúllen durante toda la noche como perros en celo.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
Mucha estatua pensante para tanto inepto vivito y coleando
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