lunes, 20 de marzo de 2017

Hogar, dulce hogar, los paisajes domésticos (4): La casa cubista de mi tía Mamie (Carlos Parejo)


A diferencia del resto de viviendas de su acera tiene la puerta de acceso totalmente redonda y las ventanas exteriores son alargadamente ovaladas, como los relojes de Salvador Dalí.

La decoración de sus interiores sigue la escuela de Bauhaus de Munich. Los muebles son de acero inoxidable o aluminio; las esculturas son de alambres y los cuadros, puro arte cubista.

Una maraña de retorcidos tubos de neón iluminan cada estancia desde lugares inimaginables como pegados al suelo o a la altura de los ojos. Cada habitación sigue la terapia de las escalas cromáticas de un famoso psicoanalista de moda.

En la mesa del salón de estar hay bandejas en forma de fetos y ceniceros curvos a la manera de las amebas, entre centros de flores de plásticos pintadas por afamados artistas. Guerra al convencionalismo.

La terraza con vistas al Central Park dispone de sillas y tumbonas plegables; cestas con bronceadores y gafas de sol; revisteros con ejemplares actuales del Time, el Vogue y el Vanity Fair; un mueble bar y un gramófono portátil. Junto a él se apilan discos de clásicos contemporáneos como Stravisky y música de jazz.

Para saber más. DENNIS, PATRIK. Mi tía y yo. 1955. Punto de Lectura. Barcelona. 2006.

(¢) Carlos Parejo Delgado

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