Habría que condenar a un destierro, al menos metafórico, y a inhabilitación de por vida a los inquisidores de la Audiencia Nacional por enaltecimiento del torrentismo (*)
(*) Torrentismo: Dícese de la patología mental que sufren aquellos que se sienten identificados con Torrente, ese personaje de ficción descerebrado y fascista hasta las heces.
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