lunes, 1 de octubre de 2007

Semen

Como el semen que Onán arrojaba en la Tierra,
Estos versos amargos,
Sin útero amoroso que dulce los acoja
Para ser fecundado,
Se pierden en la nada.
¡Qué atroz e incestuosa pederastia
Urdiendo pecados no nacidos!
¡Qué triste eyaculación sin orgasmo
Reventando en estrofas sin simiente!
¡Qué ardor prostituyendo los sentidos
Cual témpano de hielo!
¡Qué sórdido burdel
Con disfraz de poesía!
Me desparramo en blancas soledades
Con acordes de luto
Y me duelen las flores como espino…
Y esa lila del páramo –oh dios mío la lila-
Es igual que la muerte,
Gasolina en el fuego,
Como espejo de mármol,
Infierno aventajado en los infiernos.
Ah dios terrible, imponme el castigo
Reservado a los cánticos estériles;
Corta el hilo de un golpe
Para que en paz descanse el sexo hambriento
De vástagos insomnes,
Y arrástrame a los profundos abismos
Donde tú ya no existes,
Donde esta nada no fue más que un sueño
Nunca más recordado.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

"Corta el hilo de un golpe"

Ay-ay-ay-ay, Rafilla, que me erizas la piel ¡¡pero qué quieres "haserte", criaturita??!!

Anda, anda, dile a tus amigos que te lleven al Lizarrán ese, anda, anda...

Abrazotes

Anónimo dijo...

Pero tus versos no caen en la nada del olvido. Tus versos son leidos, se quedan en los cerebros grises de grises lectores espectantes.
Un abrazo.