sábado, 6 de octubre de 2007

La encrucijada

Siempre quiso pensar que estaban hechos

El uno para el otro. Sólo obsesos

Anhelos que los dejaron desechos.

Al uno por el otro. Con los huesos

- - - Quebrados, y espinas desde sus pechos

Brotando con cada encuentro. Posesos

De la gélida amargura de lechos

Separados en la noche. Sin besos

- - - Ni aliento en la boca. Tanto pensarse

Y pensar, que acabo por olvidarse

De elegir su camino hacia el amor.

- - - Y, maltrecho, se ancló en la encrucijada

Entre el deber y el deseo. Sin nada.

Sin ella ni horizontes. Sin calor.

- - - Sumido en el dolor

De ya para siempre sólo ser uno

Sin ella; mitad sin fuego ninguno.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Allí,en esa encrucijada, detenida, sus pasos se cruzan con los de alguien que quizá se está preguntando hacia dónde dirigir los suyos.


No podemos transitar todos los caminos, mi querido poeta, al menos no con nuestros pies. Con el alma....con el alma..no lo sé

Abrazos, profundos, "sudados", de caminante

Anónimo dijo...

Habrá que mirar para dónde tiran "los patitos de goma",y así saber qué dirección tomar en esa encrucijada...

Rafa, "sos un boludo" ,me hacés llorar...

Anónimo dijo...

Pensar en que la deseas, pensar en lo que debes hacer para tener a gusto a esa persona que quieres... cuánto mejor sería dejarse llevar por la improvisación de cada día. Triana Center