domingo, 7 de octubre de 2007

Pánico

Alguien me ha dicho, madre,

Que sin sentido yacen, a la luz de la luna

Y la piel de madera, en silencio los muertos.

Mas que a veces despiertan,

Cuando aprietan las sombras en las noches de invierno,

Al dolor del recuerdo.

Y son almas en pena que atraviesa el tormento.


¿Qué sentirán los muertos bajo el ciprés sombrío?

¿Escucharán, gimiendo, el periplo del río,

Que, sin luna en invierno, ruge helado y sombrío?

¿O, sin mar por destino, como absurda Quimera

Con su oído rendido, despreciarán sus olas?


Dime que piensas, madre;

Tras la cerrada verja de umbroso cementerio

¿Qué soñarán los muertos?

¿Con fugarse una noche de su cárcel eterna,

Con sus uñas y dientes escarbando la tierra

Por tratar de encontrarse con los brazos amantes

Que anhelaron en vida?

¿O en poder olvidar, del desamor las penas,

Y rendirse al descanso de su morada yerma?

¿Se atisbará una lágrima por los besos perdidos

En las cuencas vacías del mirar de los muertos?

¿Descansarán al fin de esta cárcel los muertos?

¿Se sentirán tan solos como ahora me siento?

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Los muertos solo resucitan en las películas de zombies. ¿Morir es un descanso ? Para el cuerpo, sin duda, para el espíritu quién lo sabe. El poema tiene algo de cuento gótico del siglo diecinueve, hoy con la incineración, somos todos cenizas que esparce el viento de la globalización. No obstante, es muy bello. Edificio Triana Center

Anónimo dijo...

Rafa, es imposible seguir al día tantos poemas como pares. En cuanto uno se despista, hay un libro por leer.
SALUDOS

Anónimo dijo...

Me ha gustado muchísimo el poema, Rafa y me gustaría creer que siguen soñando y amando. Tiene que haber otra vida en la que se cumplan los deseos no realizados. Un beso, Poeta.

Anónimo dijo...

Tienes un no se que del gran Damaso, mi gran poeta muerto, con tus imagenes sobrecogedoras, pero con la punzante y real critica a una sociedad como en la que vivimos.
Una maravilla.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

Mi madre te diría que no queda nada bajo la luz de la luna
Que en la tierra se funden los cuerpos
Que en el aire quedan los recuerdos y con ellos pintamos
sus rostros
Te diría mi madre que el alma perdura
Que van y que vienen....
Que ellos están... al otro lado.
Cuando ésto me dice, no sé por qué, una inmensa tristeza me invade..
Te lo cuento así
y es lo que cuenta mi madre.

Un beso, Rafa.