Tras evitarse mutuamente durante siglos, se encontraron casualmente en medio del vacío de un enorme charco, y hubieron de hacer un ejercicio de ardua cortesía para poder sobrellevar la intensidad de los goterones de pasado que sin piedad los golpeaban.
- ¡Hola, cuánto tiempo!, ¿qué tal te encuentras?
- ¡Hola, cuánto tiempo!, ¿qué tal te encuentras?
- Bueno, ya sabes que nunca me fueron bien estos días lluviosos, que me entristecen. Además, hoy me duele todo. Así que no estoy del todo bien. ¿Y tú?
- ¿Yo?, todo lo contrario, a mí hace tiempo que me es casi insoportable el dolor de la nada.
3 comentarios:
A veces la nada y el todo duelen de forma similar, de soledad, de vacío, de encuentros que se añoran. Quizá cuando salga el sol nuevamente..., un beso
Original y triste.
Un abarzo.
El eclipse, leuma, lo ha borrado todo, hasta las sombras.
Gracias, prometeo. Es un texto que lleva una parte de mí, la triste. Lo original no es mío, sólo lo veo en la calle, o en mis adentros, y trato de plasmarlo fielmente. Ah, hubiera preferido un abrazo, jajajajaja (es broma).
Abrazos.
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