martes, 30 de octubre de 2007

Lila (VII)

(Rescoldos)

El sol,
--------- ya emboscado en el ocaso,
refulgió esta mañana
como lila estallando.

No acarició su ancha luz mis pupilas
-¡han sido tantos siglos de penumbra!-,
mas su dulce calor entibiando mis párpados,
fue el presagio de una nueva alborada
para antes que los mares, como bíblica plaga,
se atavíen de sangre.

Y una mano crispada,
pero henchida del rumor de un latido,
arañando sedimentos antiguos,
irrumpió como un grito desde el fondo
de la hosca roca madre de todos los desánimos.

Sólo fue el espectro de la esperanza
convocando a su flama mis cenizas,
mas el vivo rescoldo que ha dejado en mis venas
es la tenue simiente de nuevas primaveras.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

¡Cómo se agradece ese sol, querido poeta!

Rafa: no sé que me pasa últimamente con el blog. Cuando vengo a acompañarte, se carga con dificultad la página y no puedo desplazarme por ella ni hacia arriba ni hacia abajo, tampoco puedo abrir la ventanita de comentarios...

Lo cierto es que "El éxodo" me lleva "atrapando" ya un tiempo, pero es que ahora lo hace también lo hace físicamente...

¿¿ ??? Bueno, muchos besillos atrasados, presentes y, por si acaso, futuros..

Anónimo dijo...

Rafa, me gusta esa serie de Las lilas, en este especialmente veo una ventana a la esperanza en ese ultim verso, no hay nada como resurgir.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Algo que nombras en el poema, se queda anclado, al final, tenuemente pero se queda:esperanza.

Preciso y precioso.

Un saludo

Anónimo dijo...

A veces un pequeño rescoldo es suficiente para reabrir un hermoso fuego, y de nuevo la primavera, un abrazo

Anónimo dijo...

Acabo de poner en un jarrón todas estas lilas. No temas, que no las he cortado, le he dejado su tierra y sus raíces, que eres tú.

Besotes