martes, 1 de julio de 2008

El prestidigitador


Alto, flaco y desgarbado,
Vestido todo de negro,
Saludó a la concurrencia,
Impaciente ya por verlo.

"Prestos estén a asombrarse,
Señoras y caballeros,
Que no hay trampa ni cartón,
Sólo magia en estos juegos".

Del fondo de su chistera
Sacó naipes y conejos;
Luego sacó amaneceres,
Sacó palomas y besos,

Lunas, estrellas, abrazos,
Caricias, amor, deseo,
Y por fin, viendo mis lágrimas,
Ramilletes de pañuelos.

Después con un toque trágico,
Varita mágica en duelo,
Hizo mudar todo en polvo,
En humo, de olvido yertos.

"¿Qué arte de birlibirloque
-Le inquirí, de espanto preso,-
Pudo obrar tantos desmanes
Haciendo trizas lo bello?

¡Di cómo habré de nombrarte!,
Hechicero del Averno,
Para arrojar tu aquelarre
Entre las fauces del fuego".

"No ha de arder lo inexistente
-Respondió muy firme y cierto-
Soy quimera en tu espejismo,
Respondo al nombre de tiempo".
-

7 comentarios:

Anónimo dijo...

buuuf!
se vuelve a mezclar el fuego.

excelente poema... increible historia!



por cierto, te he linkeado en mi blog. si tienes algun inconveniente, solo has de decirmelo y lo retiro.

Anónimo dijo...

Prestidigitador de letras, pozo sin fondo de inspiración, mago, provocador de sensaciones. Verso, tú eres verso...y paro.

Anónimo dijo...

Definitivamente, tu eres un poeta donde los haya.

Besos.

Anónimo dijo...

Realmente genial,te sales por todos los lados y siento, al leerte, una sana envidia que me dice por no soy capaz de scribir como tu...
Un fuerte abarzo.

Anónimo dijo...

Quimera fértil si viene de tus manos...

Anónimo dijo...

Extraordinario!!!

Anónimo dijo...

Rafa, el poema es estupendo