viernes, 11 de julio de 2008

La sal del desencuentro


Hoy mi desánimo
Se transmuda en pañuelo;
Andén baldío.
Deseo de un hasta pronto
De un tren que hube perdido.
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5 comentarios:

Anónimo dijo...

No sé que decir... sólo que ánimo...
Besos

Anónimo dijo...

Ya, ya sé que, a veces, soy tan puñeteramente duro que dejo sin palabras. Gracias por esos ánimos.

Besos.

Anónimo dijo...

Pues nada, esos ánimos arriba y a sonreir, que seguro que estás más guapo sonriendo.
Mil besos cargados de ánimo, a ver si puedes con ellos!!!

Anónimo dijo...

Hostias con la puta RENFE del destino, siempre nos anda jodiendo poniendo trenes que van y vienen cuando nosoros no estamos en el anden. Me paso la vida agitando pañuelos, eso si, el día que pille el tren me pienso sentar a pierna suelta en el vagón de cola, palabrita de caletero.

Oporto rojo de cuatro años y unas uvitas pasas.

Anónimo dijo...

...Y el eterno reproche del no habernos subido a el...

Saludos