jueves, 24 de julio de 2008

La espina del verbo



Se ha roto tu promesa:
Te la han quebrado dentro.
La arrojaron, los cuervos,
Sin alas al vacío,
Y fue cayendo a plomo
Como lo hacen los años
Que nunca hemos vivido.
Tras la reja sin fin
Donde mora el silencio,
Trataste, cual sarmiento,
De asirla con las uñas,
Con los dientes, exhausto,
Con toda la renuncia
Que cabe en el espíritu…
¡Pero era tanto el peso!
Que, en el fondo sin fondo
Donde todo enmudece
-Un impacto salvaje-,
Se hizo añicos de sombras,
Liberando aguas negras
Que anegan, desde entonces,
Los límites del tiempo.
La jaula está vacía
Y dentro, con un hilo
Ficticio entre las manos,
Tu sangre se amortaja
Con la espina del verbo,
Esperando, en sus gritos,
A que caiga la noche.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Y ni aun cayendo la noche cesan los gritos… nada acalla ese silencio que grita en tu interior, un silencio que lucha por salir deseando sentir.
Desgarradora belleza la que mora en tus versos y subsiste en tus adentros.
Un beso íntimo y callado en esta noche cubierta de silencio y estrellas.

Anónimo dijo...

Se ha roto tu promesa...; empiezas "duro", pero me gusta tu forma de "hacer" poesía, en ella subyace el dolor, la decepción; eres muy especial.

Te sigo siempre.

Un beso. Reina

Anónimo dijo...

Y fue cayendo a plomo como lo hacen los años que nunca hemos vivido... increíble, me encanta.