Mano negra

Agarras el cuchillo
de cortar el jamón
con la mano disgráfica
e, imitando a Uma Thurman
desentrañando ninjas
en Kill Bill, manuscribes
en el techo del baño
un sentido jisei
no ku antes del seppuku.
Qué cabrón, lo has dejado
todo manga por hombro
y hecho un asco y habrá
que utilizar zotal
y aguarrás a destajo
a fin de hacer un poco
de limpieza. Aun así
te admiro, has dado el salto
desde la orilla ambigua
del valor impostado
que define a los líderes,
a la que, al otro lado
del abismo, le otorga
su hospedaje postrero
a la temeridad
tan anónima al cabo
como excelsa e inútil
que se gastan los mártires.