La creciente expansión del uso de las redes sociales de carácter virtual, ha abierto todo un nuevo inframundo de posibilidades a los afectos al sectarismo, para la exaltación de sus ridículos y nauseabundos dogmas de eugenesia "cultural" e ideológica. Así, a nadie le debe ya resultar extraño encontrarse por tales redes, con sujetos que, ya envueltos en un halo de falsa progresía, ya alardeando a las claras de su pertenencia a la carcunda, y a menudo vanagloriándose a la par de un tan supuesto como falso supremacismo intelectual y doctrinario, se dedican a recomendar a fulano o mengano hacer limpieza entre sus contactos, atribuyendo a estos, sin argumento alguno, una suerte de idiocia irreparable, entre otras muchas y poco ingeniosas lindezas. Mucho ojo con estos energúmenos sin dos dedos de frente y el corazón de freza. No dejemos de tener nunca presente que, a lo largo de la historia, han sido muy pocos los tiranos, desde Adolf Hitler a Iósif Stalin, pasando por Pol Pot y nuestro infausto Caudillo por la gracia de Dios, que no se hayan afanado con insistente contumacia en la puesta en práctica de sus particulares, monstruosos y falaces procesos de asepsia por motivos raciales, culturales, de orientación sexual, religiosos, idiomáticos o ideológicos. Que es bien sabido que cuando una alimaña se echa a transitar como caballo de Atila por una linde, la linde acaba y la alimaña sigue. Así, resulta harto probable que estos mastuerzos, que comienzan recomendando el uso de zotal en las redes sociales, acaben, a poco que se les dé un poco de cuerda a tales efectos, queriendo dar el salto a la lóbrega arena esterilizante de cunetas, paredones, fosas comunes y hornos crematorios.
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