Al simple paseante o viajero le pasa desapercibida la importancia y la unicidad del paisaje físico de esta “Flecha” dentro de la geografía huelvana. Para suplir estas carencias acude a un científico que le aclare este enigma de la naturaleza: “La flecha es una estructura única en todo el litoral andaluz, una singular lengua de arena de más de unos 13 kilómetros de longitud que discurre paralela a la costa y separa las aguas del Río Piedras de las del océano Atlántico, desde el siglo XVIII, cuando se configuró a consecuencia de fenómenos como los depósitos eólico-marinos del río Piedras, el flujo de las mareas y los vientos del sudoeste.”: La flecha del Rompido, una de las maravillas naturales de Huelva: Diario Huelva Buenas Noticias. 1 de julio de 2014. Leer a los científicos aclara lo que el ojo humano a simple vista no comprende. Y es que hace un siglo, la mayor parte de la Flecha carecía de vegetación y estaba compuesta por dunas móviles bajo los efectos del viento. Sin embargo, hoy día, predominan las dunas fijadas por la vegetación y las dunas móviles apenas suponen el 5 por ciento de su extensión total. Un biólogo local nos desvela otras curiosidades de la “Flecha”, como que debido a su carácter reciente y su crecimiento continuo, los ecosistemas están sometidos a cambios sucesivos en sus especies vegetales: “Mirando hacia Poniente-en el arranque de la flecha-hay todavía dunas móviles derramándose sobre los juncales marismeños, luego las arenas son colonizadas por el barrón y la plateada margarita algodonera y, donde la flecha está más consolidada, por las retamas y los pinos”: RUBIO GARCÍA, JUAN CARLOS. Guía del viajero naturalístico del Litoral Atlántico Occidental: De Mazagón a Ayamonte. Consejería de Medio Ambiente. 1996.
En definitiva, aquí conviven paisajes marismeños, estuarinos y sistemas dunares litorales. De modo que la Junta de Andalucía (Consejería de Medio Ambiente)ha protegido desde finales de los años ochenta este paisaje por su peculiaridad geomorfológica y su biodiversidad. Fue declarado Paraje Natural (Inventario de Espacios Naturales Protegidos de Andalucía Decreto 2/1989), y posteriormente, Zona de Especial Conservación para las Aves (año 2002) y Lugar de Interés Comunitario (LIC) y Zona de Especial Conservación (ZEC).
Y para conservar la Flecha del Rompido en buena forma física los técnicos medioambientales ha ideado sus propias infraestructuras, al modo del Parque Yelowstone del oso Yogui, que buscan evitar que el paso de personas por áreas donde pongan en peligro la población refugiada del tomillo carnoso, donde se recomiende encarecidamente cruzar solo por las pasarelas que atraviesan esta “Flecha” de norte a sur. Asimismo, hay una estricta normativa de uso. Nada más bajarse del barco que nos conduce desde la playa de El Rompido, un cartel avisa: "Está en una playa de todos. No deje basuras". Asimismo, está totalmente prohibido acampar o encender cualquier tipo de fogata.
Del inicial turismo familiar y regional que tenía la “Flecha” en las últimas décadas del siglo XX, se ha pasado a su inclusión en el catálogo español y europeo de playas vírgenes y naturistas. Y es que, además de ser una de las pocas playas vírgenes del litoral andaluz, ha sido designada la primera playa nudista oficial de la provincia de Huelva desde el año 2001 y está señalizada como tal. No en vano se trata de “un paraíso de playa dorada de 12 kilómetros de extensión más parecido al Caribe que al resto de la costa onubense. Donde a veces no hay casi nadie y el agua es completamente trasparente. Esta playa de la Flecha recuerda a Robinson Crusoe. No tiene ni duchas ni chiringuitos ni ningún tipo de infraestructura. Una verdadera terapia para el estrés contemporáneo. Aquí no se acude en masa con sillas plegables, juguetes y fiambreras. Es un lugar tranquilo y solitario.": JIMÉNEZ, LIDIA. La flecha del Rompido. Terapia natural para el estrés. Diario El País. 29 de agosto de 2010.
Recientemente la “Flecha” también acoge otras actividades como las de educación ambiental en el medio natural y su uso puntual como circuito de pruebas atléticas de fondo en el medio natural, que tanto gustan a los urbanitas sedentarios del siglo XXI que necesitan aliviar fogosamente su estrés. ¡Qué diferencia con su antiguo poblamiento humano, del que sólo quedan las ruinas de una almadraba para la pesca del atún, la Almadraba Real de Nueva Umbría! Ésta, en enero de 2015, ha sido declarada Bien de Interés Cultural (BIC).
(¢) Carlos Parejo Delgado.
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