En el contexto de esta mierda pinchá en un palo a la que denominamos democracia postransición ejemplar o modélica o paradigmática o chachi piruli y olé, por no vomitar el puto hígado al balbucir entre náuseas su verdadero nombre, es posible comprender que haya desempleados de larga duración sin subsidio y hasta obreros precarios sin contrato currando de 12 a16 horas al día por unos mendrugos de pan mohoso y un sucio jergón plagado de chinches, que a la hora de votar se decanten por la ultraderecha nacionalcatolicista de toda la vida. Sí, cuesta un huevo, pero es posible. Pero lo que resulta en todo punto pelota de mierda de escarabajo pelotero incomprensible es que haya o haiga solteros verdes, viudas negras o alegres y miembras y miembros de parejas de hecho heterosexuales gris mostaza y del colectivo arco iris LGTBI que puedan llegar a votar a Pablo Casado. ¿Estado civil? Benemérito. Pero sucederá. Porque España siempre será reserva espiritual de Occidente y cobijo propicio para inquisidores y beatos y santas de todos los demonios. Menos mal Pedro Sánchez. Porque, con un poco de suerte, el "Guapo" incluye en la cartera de servicios sanitarios del Estado Monarblicano de Esperpentaña el cambio de seso. Rezad por ello, hermanas, o tendremos facherío en vena pa rato. !Vamos, hombre, un soltero votando a Casado! Habrase visto. Con Sor Haiga beberíamos mejor. ¡Voto a Bríos! ¡Viva el vino aguao!
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