Los procesos electorales en España -ya tan viciados, que en las antípodas de significar la expresión de la voluntad de sus pueblos soberanos determinando quiénes habrán de representar del modo más adecuado sus intereses- se han terminado degradando hasta la putrefacción, de modo que hoy no son más que el pistoletazo de salida para una suerte de gran y muy lóbrega orgía BDSM con una más que evidente vocación de snuff. Id poniéndoos a cuatro patas, que ya llegan vuestros candidatos dilectos con el látigo, las esposas y ese descomunal dildo oxidado con tachuelas que tanto os satisface. Y recordad que en este mórbido juego no existe palabra alguna de seguridad. Lo puedo prometer y lo prometo.
La flor del tabaco
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*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
1 comentario:
Creo que tu promesa es fundada, en efecto, no existe palabra alguna de seguridad, la palabra se ha sustituido por el látigo.
Salud
Francesc Cornadó
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