jueves, 28 de junio de 2007

Deuda

Aunque siempre te negaste a mis deseos
yo
¡Te debo tanto!

----- (Nadie deviene a las sombras
----- con su destino en las manos,
----- sólo la sangre viajera
----- marca el periplo del hombre,

-----
¡Sangre buscando otra sangre!)

Yo no nací para el verso,
pero tú
me has hecho verso.

Yo era la sangre en la arena
y nací para el apego,
hoy me dispersan las olas
calcinándome sin fuego.

----- (Si al menos me otorgase tu desprecio
----- la daga con que abrir una hendidura
----- por dónde ver al trasluz
----- alejándose tu sombra).



21 de enero de 2007

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Nacemos siendo simplemente una persona pero cuando encontramos el amor o él nos encuentra a nosotros, nos convierte en alguien especial,capaz de hacer nacer una rosa en un páramo.¡debemos tanto al amor!.un beso,rafa.

Anónimo dijo...

La inspiración que nos da quien amamos es realmente un regalo.

Anónimo dijo...

Gracias Malena, "hacer nacer una rosa en un páramo", me gusta, pero ¡ay! las espinas...

Si leuma, no deja de ser un regalo, a pesar de esas espinas. Quizá por ello sea, cuando el desamor ocupa el lugar que ocupaban otros sentimientos -no necesariamente amor-, imposible el olvido. Porque, ¿como olvidar y dejar de agradecer, además de esa rosa que dice Malena, los buenos momentos que también nos fueron regalados, aunque ya se hayan perdido?

Besos.