martes, 5 de junio de 2007

Para seguir soñando

Yo aquí tan solo, y tú empeñada en crearte

Ficticios quehaceres y alguna innecesaria

Responsabilidad para matar el tiempo.

Para qué soslayar

Que te sientes también solitaria y perdida

Cuando juntos tú y yo pudimos evitarlo?


Quizá sea tarde, y tú no puedas ya escuchar

Del alma mis lamentos; o que yo en mi demencia

Engañado imagine que un mañana es posible

Donde estar a tu lado.

O que en mi honda tristeza, para asirme a la vida

Me resista a aceptar que jamás existimos.


Mas lo cierto es que tú te esfumaste en el viento

Y dejaste sin aire el vigor de mis alas.

Pero cómo asumir, cuando ya nada existe

Que murió la esperanza?

(No le cuentes a nadie que olvidaste las noches

Que tan sólo en la fe de mis sueños vivieron).

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Los dos versos finales sinvitan al robo.
Un abrazo Rafa, estoy de vuelta.

Anónimo dijo...

Me alegra ver de nuevo esos ojos como tela de araña por aquí. Aunque no te comente mucho, te leo.

Besos.

Tomar versos prestados nunca es un delito, más bien una alabanza digna de agradecer.