domingo, 3 de junio de 2012

Seguidilla (XLIII)


Cómo asumir sin llanto,
que, por legado,
hayas de dar tu cuerpo
a los gusanos,

y, aún viva, impidas
que me arrastre a tu cama
de anochecida.

1 comentario:

Vivian dijo...

Qué hermoso Rafa!
En el fondo los gusanos son unos privilegiados! Pero ellos no tienen la culpa, es el destino.

(Estoy tratando de halagarlos a ver si me devoran con piedad)