Los antes ciudadanos –hoy esclavos-
de los protectorados que, en Europa,
se han ido anexionando, sin escrúpulos,
las mafias criminales que conforman
el totalitarismo financiero,
si fuesen informados al respecto
de su aniquilación, estimarían
–con no muy mal criterio- que, ante todo,
se debe al despilfarro y a la usura
de estos mismos mafiosos que ahora exigen
que con su inmolación paguen sus deudas.
Para estos ciudadanos, por lo tanto,
este indebido débito tendría
la sola condición de “deuda odiosa”.
No obstante, los adláteres políticos
que sirven a esas mafias manipulan
y no informan al pueblo con el fin
de que, en lugar de ver tal deuda, odiosa,
como un acto de fe -torpe vasallo-,
le rinda devoción. ¡Oh, deuda! ¡Oh, diosa!
La flor del tabaco
-
*(Pues si mata… que mate)*
*A Manolo Rubiales –echando humo.*
*Ayer noche, al quedarme sin tabaco*
*–Estaban los estancos y colmados,*
*Los quioscos...
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