jueves, 5 de junio de 2008

Limbus


La primera de las ocasiones en las que Don José salió electo, lo hizo como cabeza de lista en la candidatura de un partido de izquierdas. A partir de entonces, y ya hasta su muerte que se produjo tres décadas más tarde, ocupó la alcaldía representando a todos y cada uno de los partidos que conformaban el espectro político de su localidad. Cuando se preguntaba a alguno de sus conciudadanos por los posibles motivos de tan larga permanencia de Don José en el cargo, éstos, como única respuesta y con cierto rictus de perplejidad en su rostro, a lo más que llegaban era a, tras encogerse de hombros, aludir a su carácter moderado. Aunque nunca hubo una pronunciación oficial de la Curia, durante un tiempo se comentó que el Vaticano estaba estudiando en profundidad la posibilidad de instituir de nuevo el limbo para que de este modo hubiese un lugar apto en el que acoger las almas de los indiferentes habitantes del pueblo regido durante tanto tiempo por Don José.
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3 comentarios:

Anónimo dijo...

Oh ya.. y yo que pensé que era porque no tenían nada más que hacer... :P

Besos.

Anónimo dijo...

Hola primo.

Conozco un caso igualito, igualito aquí en mi pueblo (porque esto es un pueblo por más que se empeñen...)

Un tío que era de la Joven Guardia Roja (¡qué fuerte, qué raro suena!)

Después se incorporó a uno de esos partidos independientes y salió de Concejal en las primeras elecciones.

No sé por cuántos más pasó.

Ahora sigue (desde entonces) de Concejal, pero por el PP.

Más que indiferentes, tontos del culo son algunos, muchos: el poder de la democracia (este razonamiento un día me va a costar un disgusto...)

Abrazo perplejo.

Anónimo dijo...

Uyyyysss, si yo hablara...