domingo, 22 de junio de 2008

Descalzo


(Un número de menos)


Me calzaré los zapatos de otro
para hacer el camino hasta tu casa;
Así, cuando el desprecio
y tus puertas cerradas me devoren las huellas,
podré volver, sobre mis pies desnudos,
a la sal de Sodoma.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

No imagino quién te pueda despreciar a ti... pero bueno, esto es poesía y de la buena, no hay que confundir... a veces...
Beso

Anónimo dijo...

Una curiosidad:

"MADRID.- Madrid, al igual que otras muchas grandes ciudades, no se queda corta en leyendas urbanas y expresiones artísticas callejeras. Lo último en las calles de la capital es el 'Shoefiti', un juego de palabras en inglés que combina el vocablo 'shoe' (zapato) y grafiti. Una práctica que consiste en adornar las calles con calzado de todo tipo colgando de los cables telefónicos y de la luz.

No se puede decir que esta moda acabe de llegar a la ciudad, pero cada vez es más común encontrarse con zapatillas en las alturas. Como si de una zapatería aérea se tratara, el arte del 'Shoefiti' se puede observar ya en varias calles de Lavapiés y la zona de Huertas, en pleno centro de la capital. También se puede seguir la huella de las 'zapatillas voladoras' en Usera, Pueblo Nuevo o Móstoles.

Sea una forma de expresión alternativa o una simple gamberrada generalizada, lo interesante de este movimiento viene cuando se empieza a rastrear Internet en busca de respuestas a esta extraña afición de colgar zapatillas de los cables. Algunos blogs dedicados en exclusiva a recoger instántaneas de calzado aéreo alrededor del planeta, aseguran que esta costumbre se inició en los barrios conflictivos de EEUU.

Las interpretaciones más siniestras indican que unas zapatillas colgadas de un cable simbolizan el 'trofeo' por un asesinato de la mafia ocurrido en el lugar. Otras tesis apuntan a que el 'Shoefiti' es un código secreto de las bandas callejeras para marcar el territorio o señalizar los puntos de suministro de drogas.

En 2003, una circular del Ayuntamiento de Los Ángeles (EEUU) iba más lejos y advertía que “las zapatillas colgadas” indicaban “sitios de venta droga”. Incluso se llevó a cabo una campaña para retirar cualquier rastro de zapatillas aéreas en las calles de la ciudad.

Otras interpretaciones menos oscuras indican que esta práctica es una forma de celebrar el fin de un curso académico, de anunciar un matrimonio próximo o comunicar a todo el barrio la pérdida de la virginidad… Hay tantas versiones como pares de zapatillas. Arte o leyenda cada zapatilla deja huella y tiene su historia."

Elmundo.es

Anónimo dijo...

Brutal

:)

Besos.

Anónimo dijo...

Haces bien, pero si tienes un atisvo de desprecio, una mera premoniciòn, mejor quedarse en casa y descalzo, sin que nadie devore ni merme las huellas.
Un abrazo, Rafa