martes, 6 de noviembre de 2007

Vértigo



Se extinguen con la sangre de la lila
un ayer, un afecto, una esperanza,
tornándome veneno la añoranza
de ese tiempo perdido que destila


un mar negro de llanto, en la pupila,
que me seca, me quiebra, que me lanza
a los ritmos oscuros de una danza
que me abisma, me asombra, que me asila


en mazmorras plagadas de humedades,
desazón, alaridos, soledades,
turbación, pesadillas, desesperos,


vastación, pesadumbre, tembladeros,
damnación, sacrificio, postración,
aflicción, podredumbre, perdición.


Febrero de 2007



Imagen: Vértigo, de Salvador Dalí (1930)



5 comentarios:

Anónimo dijo...

No, naufrago! el deseo me impulsa a abismarme en tus orillas y extasiada en esta sensación prestada que me arroja el vertigo en la sangre que llora lo anorado y lo perdido. dejame(nos) demorarme(nos) en tus versos para luego emprender el regreso.

vuele mi abrazooo

Anónimo dijo...

no te aferres a un ayer que solo trae a tu alma sentimientos que solo te dejan a la deriva
comienza lentamente a tomar un nuevo camino, buscanso esperanzas que hoy no estan
la soledad y la ausencia solo dejan dolor y tiempo que uno no avanza
toma tiempo nuevo y mereces mil cosas lindas, la vida tiene su encanto, encuentralo
mil disculpas si no te he venido a ver antes pero no he estado muy conectada al pc, por no sentirme muy bien
te dejo muchos cariños y que estes muy bien amigo
mil besitos y cuidate


besos y sueños

Anónimo dijo...

Cuando un amor se termina, cuando nos duele cada fibra de nuestro ser, tenemos la impresión de que ha sido un tiempo perdido.

Prefiero pensar, Rafa, que ha servido para algo. Que nos ha enseñado una lección que no volverá a repetirse porque ya la hemos aprendido.

Duele todo. Las lágrimas son nuestras compañeras pero llegará un momento en que ese daño vaya desapareciendo y una especie de calidez entrará de nuevo en nuestra alma.

Vendrá. Llegará. No lo dudes.

Un beso grandísimo.

Anónimo dijo...

Veo que te gusta Dali, el segundo, solo por detras de Velazquez, como a el bien le gustaba precisar.
El soneto perfecto acompañamiento.
Un abarzo.

Anónimo dijo...

Éste -Vértigo- y el anterior -Sin descanso- me parecen buenísimos, sorprendentes, casi perfectos.
Del primero admiro, entre otras cosas, el ritmo y el romanticismo. Del segundo, su métrica y su discurso lógico.

Un abrazo,

Urbión Costa