jueves, 8 de noviembre de 2007

Breve tratado de psicología doméstica. Preludio: Impotencia.


Huyendo de un voraz

Enjambre de alimañas pavorosas

Logro alcanzar la orilla

Con toda mi esperanza desollada

De arrastrarla sin pudor por la arena.


Busco del mar su bálsamo,

Pero el mar ya no existe.


En su lugar, un abismo me llama

Desde su hondo silencio

Que anuncia eternidades sin aliento;

Un profundo pavor recorre mi espinazo

Y, dándome la vuelta,

Trato entonces de enfrentarme a mis miedos.

Mas ya sólo queda tiempo perdido

Sobre el yermo camino del pasado;

Y me quedo varado

Al borde de la muerte,

Con la vida pudriéndose

En mi piel y mis labios.



Fotografía: Barrie Hullegie.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

"No es valiente quien no tiene miedo, sino quien sabe conquistarlo" Nelson Mandela, un beso

Anónimo dijo...

Sabias palabras, leuma. El que ante cuaquier riesgo o peligro, ya reales, ya imaginarios, no siente miedo nunca podrá ser calificado como valiente, en todo caso cmo temerario, y esto más que virtud es un defecto.

Un abrazo.

Anónimo dijo...

Hay dos versos geniales:

"Busco del mar su bálsamo,
pero el mar ya no existe".

No sé por qué, pero me recuerdan al Benedetti autore del mejor microrrelato del mundo: "Cuando despertó, el dinosaurio seguía allí".

Si tengo que elegir me quedo con:
"pero el mar ya no existe".

Urbión.

Anónimo dijo...

Lo que nos hemos reido ayer noche. Castilla Center

Anónimo dijo...

Gracias, Paco, por tu buena crítica. Y, bueno, decirte que el microrelato del dinosaurio, que durante un tiempo pasó por ser el más corto nunca escrito, no es de Benedetti, sino de Monterroso. Después ha sido superado varias veces en brevedad, y, sobre todo por uno de Juan Pedro Aparicio que lleva por título LUIS XIV y comó único texto "Yo".

De Benedetti me gusta mucho uno titulado SU AMOR NO ERA SENCILLO: "Los detuvieron por atentado al pudor. Y nadie les creyó cuando el hombre y la mujer trataron de explicarse. En realidad, su amor no era sencillo. Él padecía claustrofobia, y ella, agorafobia. Era sólo por eso que fornicaban en los umbrales".

Y hay otro de Juan José Arreola que, tal vez sea mi favorito. Su título: CUENTO DE HORROR. "La mujer que amé se ha convertido en fantasma. Yo soy el lugar de sus aparaciones."

Carlos, sí, sí que nos reimos y es que tu texto era para mondarse.

Dejo aquí el enlace, por si alguién se quiere tambien reir un rato:
http://balta80.blogspot.com/2007/11/los-mitos-de-la-peatonalizacin-de.html

Abrazos.