domingo, 11 de noviembre de 2007

Cruda ternura


Ella preguntando vino por mis musas;

¿Mis musas? Le dije, un tanto aturdido

Por lo inesperado; y sin más excusas

Pase a relatar el gran sinsentido


Que eran mis poemas.

----------------------------------- ¿Es que tú me acusas

De hacerte sentir verso dolorido?

-Clamó al alto cielo- Como siempre abusas

De tu condición de amante rendido;


Me niego a asumir que pueda ser yo

El monstruo que inspira tu cántico; ¡no,

No soy un demonio!

--------------------------------- La estreché en mis brazos


Con franca dulzura, y con la mirada

Dije con tristeza: Tú eres ángel, hada,

Pero son mis versos tu ausencia a mazazos.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

cuanta sinceridad, y, la verdad, éramos muchos los que ya veníamos diciendo lo mismo...

Anónimo dijo...

Las musas...esas meretrices...

Un saludo

Anónimo dijo...

La ausencia duele, pero la presencia dolorosa destruye, queda la solución del olvido entremezclado con la ternura, un beso