viernes, 30 de noviembre de 2007

Aún me merece la pena


A veces pienso que si ella muriese
Un día, una gran calma a mi pecho
Sobrevendría. Y que sobre el lecho
De la melancolía, ser pudiese,

Que el dolor que me abruma remitiese,
Al dejar de esperar siempre maltrecho
Por la desesperanza y el despecho
De su eterna ausencia. Sin que estuviese,

Comienzo a concebir después el mundo,
Y mi entraña devora la tristeza
Más grande nunca sentida, rotundo

Sinsabor que, a pesar de la extrañeza,
Me hace correr para verla, errabundo,
Sólo, que aún vive, a saber con certeza.

Fotografía: Philibert

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Si el dolor se calma con la muerte del otro no es amor en mi opinión sólo deseo de posesión, angustia, anhelo por la ausencia, pero no el bien del otro, un besazo

Anónimo dijo...

Aún te merece la pena. Aunque la muerte no sea más que en tus pensamientos, más que la desaparición de los sentimientos, ese dolor te sigue valiendo la pena?

Un beso

Anónimo dijo...

Tu vida y tu muerte depositados en otro... sólo la poesía sobrevive.

Un abrazo

Anónimo dijo...

yo también sentí eso por alguien una vez, y pensé que si él muriese le llevaría siempre en el corazón y yo dejaría de sufrir...
parece que han pasado mil años y no es así, pero el tiempo, el daño que me hizo y el que me hice yo misma han alejado ese sentimiento de mí.

Besos.

Anónimo dijo...

Wow. Las personas no mueren aunque muera su cuerpo,no mueren aunque se alejen, siempre vivirán en tí.

Me pareció muy bonito, y si lo escribes tú, creo que tienes una gran capacidad poética. No se te agotan los recursos...

Besoss