miércoles, 18 de julio de 2007

A la intemperie


Déjame entrar

Hasta el zaguán, al menos.

Cada vez que me abras tu puerta

Yo cerraré

Si así lo quieres

El amor los deseos la esperanza.

Pero déjame entrar

Hasta el zaguán, al menos,

Que afuera el frío

Me está matando.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Entrar dejando fuera el amor, los deseos, la esperanza..., es entrar para que el zaguan se convierta en la ante sala de la más claudicante y consentida de las insatisfacciones, pero, es cierto, querido Rafa, que en ocasiones es la única opción para no pasar frio.
Sangre con tomate y gazpacho.

Anónimo dijo...

No sé por dónde empezar, Rafa, y tampoco qué decir ante tanta belleza. LLevo un buen rato leyendo tus últimos poemas y me siento como en aquel jardín del gigante, como una niña entusiamada por cada flor que convierte en rosa.
Gracias por regalarnos tantos tesoros.
Un beso

Anónimo dijo...

Al menos el zaguán no está a la intemperie y además está más cerca de la persona, aunque no se entre pero casi se le huele ya. Muy intimista , me gusta, un beso.

Gracias por tus consejos y tu colaboración.

Anónimo dijo...

Gracias Kai, Victoria (me alegra verte de nuevo por aquí, amiga), leuma.

Abrazos.