miércoles, 4 de julio de 2007

La dama de hielo

Una palabra, un simple
¡no! o un nunca,
pueden llegar a doler
más que el sabor de la ausencia
en la memoria fantasma
que ni será ni hubo sido.

Pero nunca existirá
algo tan letal como el silencio.

Yo, que llevo la garganta rota
y sonidos de cenizas apagadas
obligadas al destierro por el viento,
lo sé muy bien,
demasiado bien.

Es tanto mi dolor que a veces,
cuando arrastro mi piel sobre el asfalto,
se me fugan desde el fondo de mi abismo
los gritos de la sangre deformada
por las lágrimas que pugnan bajo el párpado;

mas esto, mi amor,
no deja de ser silencio,
el más filoso cuchillo
del más helado silencio.

Es entonces cuando al lado
del más lejano confín
del aliento congelado del vacío
me siento morir por un instante
y no tengo miedo
y llamo y abrazo a la muerte
y a sus fauces amorosas que conducen
al regazo sin principio del olvido;

mas sigo en mi lenta agonía
entre el abismo y el grito.

Yo, ya,
sólo soy
un mal ejemplo.

Mas tú, mi amor,
no permitas que te atrapen los errores
que sin tiempo me encadenan al vacío;
abre tus venas al viento
y GRITA, GRITA, GRITA, GRITA, GRITA;
y arrastra tu corazón
hasta el pie de tus deseos;
lame sin ningún pudor el dolor de sus heridas,
esas heridas purulentas que ya
son tuyas, y planta cara al silencio.

Mientras lleves coágulos de sangre,
latiendo, o lágrimas de hielo desolladas
por el aire de un suspiro inacabado,
¡hazle frente!, y GRITA.

¡Yo te maldigo, dios farsante,
que nunca supiste acompañarme!,
sin poder ni saber gritarte
que no puedo,
que no,
que ya no,
que ya no puedo más,
no, ya no,
ya no,
ya no,
ya no puedo más...

Pero tú, GRITA,
GRITA, GRITA, GRITA, GRITA, GRITA
Por lo que más quieras
Por lo que más me odias
GRITA…

No pido que lo hagas por mí
-ni por mí ni por los otros-,
sólo y tan sólo por ti,
grita tu gélido aliento
sobre el hielo que calcina
la semántica perdida
de mis palabras sin eco…

y condúceme veloz
a la única dulzura.



20 de enero de 2007

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Estoy impresionada.Es impresionante.

Anónimo dijo...

Gracias, Mamen.

Un beso.

Anónimo dijo...

Como Malegar.. Creo que me he olvidado hasta de respirar..
Un grito hermoso.

Besos.