(o de lo que alguna vez me gustaría escuchar y, probable y desgraciadamente, nunca escucharé durante una campaña electoral)
no puedo prometer y por respeto
al pueblo al que me debo no prometo
trabajo para todos no prometo
pensiones suficientes no prometo
construir viviendas dignas ni prometo
justicia y libertad no lo prometo
no puedo prometer nada concreto
pues no sé obrar prodigios por decreto
pero algo he de ofrecer
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . me comprometo
a hacer frente sin tregua a los hampones
de cuello blanco y negros corazones
que ansían ver al pueblo esclavizado
por sucios intereses de mercado
lo puedo prometer y lo prometo
7 comentarios:
jejeje Genial!!!
Mucho le pides tú a los políticos: la coherencia!!
Y yo que me preguntaba que porqué tendría esa molestia continua en las cervicales jajaja
Besotes
Qué bueno el poema, qué buena la idea!!
Fíjate que paradójicamente es el más fácil de los compromisos y sin embargo, creo como tú, que no lo escucharemos, ni se luchará contra los "hampones" porque sería luchar contra ellos mismos. No dejes de decir las verdades del barquero.
Un beso.
Que el pueblo tenga la primera, la segunda y la última palabra.
Necesitamos gestores de la voluntad popular, no politicastros que sólo quieren de las masas populares sufragios y pasta. ¡No a los políticos profesionales tan característicos de las "democracias" burguesas!
Saludos,
Rafael Ángel
Buenas noches Robespierre del sglo XXI. Es bonita la figura de los hampones de cuello blanco y corazones negros
Buenísimo!!
Que fácil resulta algunas veces prometer, y es que no se le puede pedir peras al olmo..
Besos!
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